Saltillo, Coahuila.- Con una larga trayectoria, Eduardo García del Río “Rius” fue uno de los grandes moneros que México ha dado. El artista del cómic falleció la madrugada de ayer a los 83 años en su casa de Tepoztlán, Morelos.

“Rius” fue una de las voces más importantes de la sátira y denuncia política gracias a su punzante sentido del humor con el que plasmaba perfecto las querencias e ironías del México social.

Eduardo del Río nació en Zamora, Michoacán, en 1934, quedando huérfano de padre tan sólo seis meses después de su nacimiento. Aunque los primeros años de “Rius” pasaron como seminarista religioso, fue echado de la Iglesia por sus primeros trabajos, en los cuales su mirada crítica se enfocó en los santos pecados de la institución.

POLÍTICA EN CUADRITOS

En 1955 comenzó su carrera como caricaturista, oficio que aprendió de manera autodidacta. Publicó, por primera vez en la revista Ja-Já pequeños dibujos que retrataban a los políticos y caciques que gobernaban México en ese tiempo. La política siempre fue uno de sus temas predilectos para tratar en sus obras.

“Hay un viejo dicho que dice que el país que se olvida de su historia está perdido. Somos un país de mala memoria y, justamente, este libro trata de decirle a la gente ‘acuérdense, lo que fue para nosotros Echeverría, Díaz Ordaz, lo que fue López Portillo’; todos han hecho todo lo posible por arruinar al país y a la gente ya se le olvidó todo esto, están con la idea de que es preferible el PRI”, comentó en entrevista a Zócalo en 2011.

A partir de su debut en Ja-Já, “Rius” tuvo un despunte que lo llevó a publicar en las revistas y periódicos más importantes del país, tales como La Jornada, Proceso, El Universal, Ovaciones y La Prensa, además de fundar una serie de revistas de humor político tales como La Gallina, Marca Diablo, La Garrapata, El Chahuistle y El Chamuco y Los Hijos del Averno.

En 1965, “Rius” creó una de sus obras más importantes, que es un referente del cómic nacional: Los Supermachos, historieta que retrata de una forma cómica y mordaz el contexto político mexicano, desde el pueblo ficticio de San Garabato de las Tunas, en donde el indígena Juan Calzónzin utiliza su amplio conocimiento político y filosófico de México y el mundo para ofrecer un retrato de los problemas que aquejan a la nación.

El resto de los personajes son representaciones que pasan por símbolos como el borracho en el personaje de Chon Prieto; los políticos representados por Don Perpetuo del Rosal, símbolo del caciquismo mexicano, y los oficiales El Lechuzo y Arsenio, quienes, siendo los protectores de Perpetuo del Rosal, son una alegoría de la represión autoritaria de la política hacia el pueblo.

Tres años después del tiraje final de Los Supermachos, “Rius” comenzó su más ambiciosa obra: Los Agachados, en la cual ofrece una mezcla de todos los temas que trató a lo largo de su carrera: desde política, religión, sexo, música, filosofía, economía, historia y demás. Los Agachados es de especial interés debido a que su obra posterior habría de nacer de estas páginas.

“Rius” fue un patriarca de los moneros mexicanos. Figura de inconmensurable influencia debido a los temas que trató en sus cartones, el dibujante marcó un antes y un después en la manera de hacer periodismo gráfico gracias a la facilidad con que tomaba temas y los ponía sobre la mesa.