Saltillo, Coahuila.- Una brillante carrera dentro de la escena nacional del ballet se vislumbra en el futuro de Edwin Said González, joven bailarín que con 17 años se ha vuelto acreedor al primer lugar en la Concurso Nacional de Ballet Infantil y Juvenil 2017.

El talento y la disciplina que Said tiene fue forjada dentro de la Escuela Profesional de Danza, bajo la tutela de Maribel Lugo y Rodolfo Moreno, desde la tierna edad de 7 años. Ahora, 10 años después, el joven estudia la carrera de danza clásica en la Escuela Superior de Danza, de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

Zócalo habló con Said para conocer el inicio de su carrera como bailarín, sus logros y su forma de ver la situación de los bailarines en Saltillo y el país.

“Yo no tenía en mente ser un bailarín como tampoco es que me gustara mucho bailar. Lo que pasó es que cuando Maribel y Rodolfo buscan talentos encuentran a mi hermano y hacen una invitación para la escuela de danza. Mientras mi hermano participó en la escuela y como éramos muy unidos, me propuse la idea de estar junto a él: ‘si él podía bailar, ¿por qué yo no?’, me dije.

“Al ser también un niño, no sabía si mis papás me dejarían entrar como sí lo hicieron con mi hermano, pero aquí estoy”, comentó Said a Zócalo.

Familia como apoyo

Aunque era un joven que nunca pensó siquiera en bailar, su familia ha sido el principal motor que lo ha mantenido en avance durante todo este tiempo, sin importar las circunstancias o las caídas, son ellos siempre los que lo han levantado y sostenido.

“Los principales apoyos que siempre han estado impulsando a mi persona para que siga en esto son mis papás, ellos me apoyaron desde el principio a pesar de que hubo momentos que no se podía; mi hermano también ha sido un apoyo importante para mí.

“Siento que personalmente el mayor logro es el crecer de manera profesional, siento que las pruebas se están dando. Si bien anteriormente había participado en concursos en donde quedaba en menciones honoríficas, avancé a terceros lugares y ahora tengo el gusto de ser un primer lugar a nivel nacional. Creo que estos pasos me llevan hacia adelante y hacia arriba”, dijo el bailarín.

Como en todo crecimiento personal, la familia es un pilar, pero la educación es otro. Said fue alumno de Maribel Lugo y Rodolfo Moreno, exbailarines de la Compañía Nacional de Danza, quienes fundaron su Escuela Profesional de Danza en Saltillo con la única motivación de crear talentos en la ciudad. Pero, ¿cómo influyeron sus maestros en él?, se le cuestiona al joven.

“El haber estudiado bajo la tutela de Maribel y Rodolfo fue un apoyo muy grande para mí, porque para empezar me dieron mi primer impulso y siguieron siempre de cerca mi crecimiento.

“Creo que esto ayudó para que todo se uniera y poder que lograra los pequeños triunfos hasta los más grandes que son este primer lugar y el poder estudiar dentro de la Escuela Profesional de Danza en Monterrey”, declaró el estudiante de danza.

PROFESIONALIZACIÓN

El danzante opina también que el profesionalizarse dentro de un arte es difícil por una serie de prejuicios en la falta de seriedad ante las carreras artísticas, pero que gracias a las personas que han sobresalido, han ido aceptándose cada vez más.

“Siento que jóvenes como yo y muchas personas necesitamos una motivación para acercarnos a las cosas que nos gustan y que de una u otra forma sigue habiendo un tanto de prejuicios hacia ellos, como en el caso del ballet.

“El que haya personas triunfando más allá del panorama estatal, sino nacional e incluso internacional en otros países es siempre una buena visión de lo que se puede lograr, en donde hay una satisfacción personal que puede ayudar a los otros”, agregó.

Estos prejuicios están particularmente arraigados en el área de la danza para los hombres debido a distintos aspectos sociales, aun así, Said comenta que nunca ha sido víctima de acoso, al contrario; también habla sobre cómo estos prejuicios afectan a la escena del ballet masculino.

“La escena está un tanto limitada y creo que podría crecer más. Siento que falta un apoyo cultural en donde se impulse al ballet como un arte en toda regla y que es de gran valor cultural. También el crear conciencia sobre la danza en el público, hacerles saber que tanto un hombre como una mujer pueden estar dentro de una escuela de ballet y eliminar los pocos prejuicios y tabúes que aún conservamos.

“Aquí podemos hablar de que no hay suficientes hombres dentro de las escuelas, entonces los bailarines son limitados. Esta falta de varones afecta mucho a las muestras de ballet en donde hacemos más de un papel”, dijo.

Said señaló que entre sus planes a futuro se encuentra terminar la licenciatura que actualmente cursa, conseguir una beca en el extranjero y completar su trayectoria al entrar a una compañía de danza. Sueños que serán impulsados por su familia, sus amigos y por él mismo.