Estados Unidos.- Marciano “Chano” Millán Vásquez, el nigropetense detenido en Texas acusado de ser parte del cártel de los Zetas y por la muerte de 18 personas, entre ellas el desmembramiento de una niña e involucrado en las matanzas ocurridas en el norte de Coahuila, fue sentenciado a siete cadenas perpetuas por un juzgado federal en San Antonio.

Según la versión en línea del San Antonio Express, una vez que el juez de distrito Xavier Rodríguez pronunció la sentencia, le preguntó si quería decir algo, el inculpado levantó la vista y respondió: “No, está bien”.

Durante el juicio, las autoridades comprobaron que Marciano Millán, quien se ostentaba como un simple ranchero en Piedras Negras, ingresó a la delincuencia como “soldado” de los Zetas, llegando a ser “jefe de plaza” en Piedras Negras, todo ello dentro de un período de seis años, de 2009 a 2015, cuando fue arrestado mientras vivía bajo un nombre falso en San Antonio

El año pasado inició su juicio y fue condenado por una decena de cargos, incluyendo el asesinato vinculado a la venta de drogas, y si bien los delitos fueron cometidos en territorio mexicano, la ley de Estados Unidos permitió al Gobierno federal procesarlo por las matanzas ya que tenía conexiones con el tráfico de drogas hacia los Estados Unidos.

Durante el proceso, un testigo declaró que Marciano Millán desmembró a una niña de 6 años frente a sus padres, para darles una lección; los padres, al igual que una docena de personas, fueron asesinados de la misma forma. Asimismo, se le relaciona a él y a su organización criminal con el sacrificio de 300 personas en Coahuila, tras la sospecha de que alguien se había convertido en informante.

“El nivel de violencia… es algo que rara vez se ve en la sala y… rara vez se ve incluso en la ficción”, dijo el fiscal asistente, Russ Leachman, al juez al relatar cómo los cuerpos de las víctimas fueron disueltos con ácido o quemados en barriles.