Ciudad de México.- Los líderes de la Unión Europea y la Unión Africana condenaron, en una cumbre dedicada a los jóvenes, la trata de personas en Libia, un escándalo que ambas regiones quieren que sea un punto de inflexión para solucionar una crisis migratoria que saben condicionará sus relaciones a largo plazo.

En la apertura de una cumbre que ha reunido a más de 80 líderes en Costa de Marfil, el presidente de la comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, se refirió al escándalo de la compra venta de personas de origen subsahariano como esclavos en Libia y llamó a que ese episodio sea el “punto de partida” para encontrar una solución entre los dos continentes en Libia.

Las recientes revelaciones en Libia son simplemente terroríficas. Y hay que recordar que murieron el año pasado 5 mil personas en el Mediterráneo. No se puede aceptar”, coincidió en señalar el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que abogó por cooperar juntos y no echarse las culpas mutuamente.

Tusk llamó a luchar con esfuerzos conjuntos contra las mafias y a llevar ante la justicia a los criminales como los responsables de trata de seres humanos en Libia y otros países.

Advirtió también de la importancia de resolver a los socios de uno y otro continente que “el asunto de la inmigración protagonizará el futuro de las relaciones a largo plazo”.

En palabras del mandatario de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, anfitrión de la quinta cumbre euroafricana, la crisis de la trata en Libia es “un drama despreciable, el peor de la historia de la humanidad”, que exige “una responsabilidad colectiva” y tomar “medidas urgentes”.

En los márgenes de la cumbre, la ONU, la UE y la UA acordaron la creación de un Grupo de Trabajo para salvar vidas en el Mediterráneo y luchar contra las mafias de la inmigración, principalmente en Libia.

El objetivo concreto del grupo de trabajo pasará por “salvar y proteger las vidas de los inmigrantes y refugiados en las rutas de llegada a Europa, acelerar la asistencia a los retornados voluntarios a sus países de origen, y reubicar a aquellos que necesiten protección internacional”, dijeron en un comunicado conjunto.

Estas acciones pretenden ampliar los trabajos que ya se coordinan en los países de origen por parte de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) con presupuesto de la UE.

En ese sentido, recordaron que ya han regresado voluntariamente desde enero 13 mil migrantes, muchos de ellos jóvenes.

Más allá, varios líderes nacionales, como el primer ministro italiano Paolo Gentiloni; la canciller alemana, Angela Merkel, y la jefa de la diplomacia europea, Federia Mogherini, han abogado por prever vías legales de inmigración, habida cuenta de que las sociedades envejecidas europeas necesitarán de mano de obra en el futuro.

En ese sentido, Gentiloni dijo a los periodistas que “establecer canales de llegada de inmigrantes seguros y legales sería la mejor opción, aunque no sean las medidas más populares”.

El primer ministro italiano, cuyo país por su propia geografía es el que recibe un mayor número de inmigrantes, también reiteró su apoyo a la UE, y recordó al resto de socios europeos que, aunque Italia sea la puerta de entrada, su frontera es también la del resto de países europeos por la libertad de circulación del espacio Schengen.

Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el de la Eurocámara, Antonio Tajani, recogieron el guante de los dirigentes africanos que demandaron a África apoyo para desarrollarse y frenar así el éxodo y ensalzaron la importancia de las inversiones en el continente.

Para ello, la UE ha traído a la cumbre de Abiyán un plan de inversiones para África al estilo del “plan Juncker” europeo con el objetivo de movilizar a partir de 4 mil millones de euros de inversión pública un total de 44 mil millones en proyectos con cofinanciación privada.

En la cumbre que finalizará este viernes en Costa de Marfil, los líderes de la UE y la UA también tendrán sobre la agenda la seguridad, la paz y el cambio climático, entre otros retos comunes.

En la cumbre de Abiyán se han sentado en una misma sala el rey de Marruecos, Mohamed VI, con el presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Brahim Ghali, después de que Marruecos retornara este año al seno de la UA tras 32 de ausencia voluntaria por la RASD.

La presencia del monarca alauí, que por protocolo siempre era mencionado el primero al comenzar las alocuciones, ha sido saludada por los líderes africanos porque al fin “África está unida”, según adujo Mahamat.