Saltillo, Coah.- “Estoy con usted”, “Sígale”, “No se raje”, son algunas de las expresiones de apoyo que ha recibido Javier Guerrero García, diputado federal con licencia, en sus recorridos a pie por colonias y ejidos.

La misión: recolectar firmas de ciudadanos que respalden sus aspiraciones de convertirse en candidato independiente al Gobierno del Estado.

Esas manifestaciones de apoyo lo alimentan e inyectan energía para no ceder en la empresa. Es importante sumar firmas, pero también lo es sentir el apoyo a través de palabras de aliento.

“La gente está con ganas de que haya realmente una posibilidad de cambio”, asegura. El Instituto Electoral de Coahuila, de acuerdo con el Código Electoral, exige al menos 30 mil 600 firmas de ciudadanos que deseen verlo aparecer en la boleta el próximo domingo 4 de junio.

“No tengo una cifra total en este momento, porque estamos recopilando las actas, revisándolas, viendo la consistencia del llenado, pero en general estamos trabajando en todos los municipios, estamos abarcando territorios que yo pensé que no íbamos a llegar y tengo la expectativa de que vamos a tener mucho más firmas de las que la propia ley nos exige”.

Sin señalar una cifra, comparte que ya superó por mucho el requisito de la ley electoral y están en proceso de revisarlas para no tener problemas por inconsistencias en el formato de llenado.

“Tenemos la convicción de que la firma es una expresión de libertad, de decisión ciudadana y en ese sentido tenemos el compromiso de llegar al mayor número de ciudadanos y multiplicar la voluntad que ya se expresó en los municipios del estado”.

¿Qué exige la sociedad de los partidos y políticos?

“Compromiso con el cambio, honestidad en los gobernantes y sobre todo seriedad y respeto a sus necesidades, a su circunstancia. Hay una exigencia clara de calidad en las acciones de gobierno, en su capacidad de respuesta.

“Me he encontrado gente enojada, molesta por los fenómenos de corrupción, mucha gente indignada por la humillación de la autoridad en todas sus expresiones, de quienes toman decisiones y no atienden los problemas más urgentes de una comunidad”.

La insensibilidad y falta de compromiso de quienes gobiernan es otro reclamo de la población.

“También he encontrado problemas de salud, hay mucha gente enferma en las familias y hay incapacidad del sistema de salud para responder con oportunidad, con suficiencia a problemas de atención médica, hay desabasto en los hospitales del estado.

“En general –añade–, hay una expectativa y una esperanza. Los ciudadanos cada vez están más conscientes que son ellos, con su decisión, los que pueden impulsar cambios importantes en el futuro del estado”.

¿Hay una crisis de valores en los políticos, en los gobiernos?

“Hay una crisis en el sistema de partidos y hay una crisis de credibilidad en las instituciones. Hay una ruptura ética en quienes toman decisiones y quienes tienen responsabilidad de la administración en el uso de los recursos públicos.

“Hay acciones que no se justifican ante la necesidad y ves dispendio, un uso de recursos indiscriminadamente con un fin personal o político, llámese despensas, tinacos, pintura; llámese apoyos federales para una contingencia.

“Hay una irresponsabilidad, hay una falta de compromiso, de probidad y de transparencia en el manejo de recursos, y eso la gente lo siente, la irrita, la señala, la denuncia y en ese sentido tenemos que asumir una actitud muy clara, muy firme, con respecto a este tipo de problemas; rechazar esas conductas, que esas actitudes, esa irresponsabilidad se siga reproduciendo en quienes tienen la obligación legal, constitucional, de responder y resolver problemas en la comunidad.

“Hay sentimientos de humillación en algunos casos, sobre todo en las familias pobres, por la prepotencia y la arbitrariedad de muchas autoridades”.

¿La clase política es frívola?

“Hay un problema de confianza y de credibilidad en quienes toman decisiones. No se valen generalizaciones, pero la gente los tiene muy bien ubicados y creo que el ejercicio de la potestad que implica la acción cívica que tiene que ver con la campaña electoral, va a castigar ese tipo de gobiernos”.

¿Cuáles son los valores que deben caracterizar a un político?

“La honestidad, el compromiso, la convicción, su apego y su observancia de la ley, sobre todo el compromiso y la capacidad de escuchar y respetar a los ciudadanos, a los más pobres y a los que tienen menos problemas de carácter económico”.

¿Los antivalores?

“Son definitivamente fenómenos que tenemos que erradicar. La política tiene en su conjunto un problema de credibilidad, la gente no cree en los políticos; la gente no piensa que la política sea la vía para resolver sus problemas.

“Los antivalores de la deshonestidad, de la soberbia, de la prepotencia, no pueden estar permeando y enseñoreándose con este tipo de actitudes. Eso es lo que creo que provoca parte de la crisis en la participación y debilita a las propias instituciones”.

Señala que existe baja o nula credibilidad en los actores políticos, debido a la falta de respuestas y los problemas de corrupción, principalmente.

¿Cómo se puede corregir esto?

“Observando la ley, sancionando, castigando a quien cometa ilícitos, recuperando la confianza, la credibilidad, con la cercanía y sobre todo con honestidad y con el compromiso hacia los problemas de la propia comunidad”.

¿Hay desencanto, desaliento hacia la política?

“Hay un rechazo a lo que ha venido pasando, y hay una expectativa y esperanza de que esto pueda cambiar”.

¿La política ennoblece o envilece?

“En su sentido ético la política ennoblece cuando es una acción que tiene como objetivo generar respuestas y bienestar en la comunidad. Cuando no tiene esos principios, cuando no es acompañada de sus valores, la política de alguna manera deteriora el tejido social y los esquemas de credibilidad con la propia población”.

En el ejercicio del poder ¿prevalecen los valores o salen fallas humanas, vicios?

“Lo que debe prevalecer son los compromisos, los valores y principios. Lo que ha estado prevaleciendo es una inobservancia de la ley y una soberbia en la relación con los propios ciudadanos.

“En lugar de la atención, de la humildad, del compromiso, hay soberbia, prepotencia, imposición y autoritarismo”.

¿Cómo ven los políticos al ciudadano?

“Al final de cuentas los políticos son ciudadanos, padres de familia. El poder es una atribución delegada por la sociedad a una persona y los políticos tienen la responsabilidad ética de comprometerse con el ciudadano y de ser sensible ante las expectativas y la demanda de los ciudadanos.

“El político que no ve a los ciudadanos como gente, como seres humanos, que no está consciente de su responsabilidad legal, constitucional, de su sustancia, de su tarea mayor que es el compromiso con el desarrollo de la comunidad, pues es un político que no practica la política, practicará otra cosa pero no es esa la política en el sentido más estricto”.

¿Los políticos cosifican al ciudadano?

“Creo que es parte de la crisis de credibilidad, por eso tenemos que recuperar la política para los ciudadanos. Los ciudadanos tienen que incorporarse, involucrarse en las decisiones de bienestar en la comunidad: tienen que exigir, que vigilar, que fiscalizar.

“En la medida en que se involucren y participen, los malos políticos van a salir de la política por sus propios hechos o por falta de convicciones”.

¿Cómo concibe Guerrero la democracia?

“La democracia es una aspiración que está contenida en las leyes, en el proyecto de país, de nación, pero también es una oportunidad para consolidar fenómenos de participación cívica y para lograr el acceso al bienestar y mejores condiciones de vida.

“Es un sistema jurídico, pero también, en términos aspiracionales, es un modelo de convivencia humana, donde prevalezca el respeto, la observancia de la ley, la solidaridad y la responsabilidad para con el futuro de esa comunidad”.

Se dice que la política es el arte de lo posible ¿así lo cree?

“La política es un ejercicio noble, supremo de la condición humana, y es en términos concretos la posibilidad de construir, de articular respuestas a los retos de una sociedad.

“La política es un compromiso para el desarrollo de la comunidad, es el arte de lo posible, pero también es el espacio donde se pueden construir aspiraciones, sueños y materializar las esperanzas de toda una comunidad.

“Es una actividad humana que se expresa en términos institucionales, en gobierno, en leyes, pero también es una aspiración de una convivencia superior de la condición humana para resolverse y poder, de alguna manera, escalar nuevos estadios de bienestar de una comunidad”.

Sin partido ¿el compromiso de Javier Guerrero con quién es?

“Con los ciudadanos, con la gente, con los más pobres, con el desarrollo económico del estado, con los valores de la sociedad, los valores de la convivencia, del respeto y del progreso de la comunidad de Coahuila”.

¿Por qué decidió irse por la libre?

“Porque fue una opción que me ofreció el sistema constitucional y porque creo que es la mejor vía, la más directa para construir con los ciudadanos algo nuevo, un cambio, una posibilidad de encauzar energía para atender y resolver problemas en la comunidad”.

¿Qué significa la lealtad?

“La lealtad es un valor supremo; la lealtad es reciprocidad; la lealtad es principio ético, y es un compromiso superior con el origen, con mis principios y con la condición humana”.

La decepción, un signo

En su libro Mi Visión de Coahuila: Origen y Pasión (2005), escribió que en el país el signo de estos tiempos es la decepción, una postura que no dista de lo que opina hoy en día.

“Es una combinación entre decepción, esperanza, frustración, enojo, es una circunstancia que convoca a la unidad y a la esperanza, pero sí hay un enojo, una irritación, una decepción, una frustración y lo que tenemos que cultivar y engrandecer es la esperanza y la expectativa de cambio de una sociedad como la nuestra”.

Ahí hace un llamado a reivindicar la política. “La política es un instrumento para transformar la realidad social, es una actividad humana colectiva, es la posibilidad, la única, para resolverse en la comunidad, para enfrentar los retos del desarrollo y el bienestar de una comunidad.

“Es un instrumento privilegiado, por eso lo tenemos que recuperar y ponerlo al servicio de los ciudadanos”.

Guerrero García también publicó, hace 12 años, rebelarse contra la fatalidad… “Y obviamente contra quienes quieren aplastar la esperanza y los sueños de una comunidad. Rebelarse, luchar, tener coraje para enfrentar la injusticia, la histórica y la actual, y para poder encabezar las luchas de una comunidad.

“Rebelarse es una condición fundamental en el ámbito intelectual a partir de la crítica, y en el ámbito político y social a través de la conciencia cívica y de la participación ciudadana”.

¿Cómo concibe la fatalidad?

“Como pesimismo, falta de esperanza y, en ese sentido, también como una oportunidad para cambiar la condición de pasividad por una actitud firme de participación”.

Sin atajos, sin varitas mágicas

“Son procesos, son responsabilidades, son aspiraciones, son disposiciones legales y es una comunidad. Es decir, tú no puedes crear una circunstancia de cambio, si no lo haces a través de un proceso de involucramiento de la propia comunidad, de un nivel de elevación de la conciencia cívica y de la participación de la comunidad, y como un producto colectivo.

“No hay atajos en la medida en que es un proceso de construcción política de los valores, de la participación y de la conciencia y del compromiso con la gente”.

Guerrero García asegura que para cambiar un sistema o un gobierno, el reto consiste en elevar los niveles de participación ciudadana en las urnas.

Dicha participación no se centra sólo en términos de votos, sino también en términos de calidad participativa, para que el ciudadano decida informado, que contraste “y haga del ejercicio de un derecho, una actitud de compromiso con él mismo y con su comunidad, con su futuro y con la esperanza”.