Saltillo, Coahuila.- Cada fin de semana, e incluso desde antes, los clientes de los bares que rodean a la parroquia San Esteban, considerada una de las primeras que se construyeron en la ciudad, utilizan el emblemático edificio como letrina.

Aprovechando la falta de luminarias y la nula vigilancia en el Centro de la ciudad, los clientes de estos bares se orinan al exterior del edificio; en una situación que es considerada como una falta de respeto para el templo.

“Tenemos problemas por los antros vecinos, que están enfrente, y que desgraciadamente no se han podido retirar, porque se escudan en que son restaurant-bar, entonces la ley que obligaba a que no debe haber cantinas y lugares de apuesta cerca de las iglesias o edificios públicos, no se respeta”, declaró el párroco Mario Carrillo.

Aunado a ello, el ruido provocado por estos establecimientos, impide la celebración de misas durante la noche.

Por otro lado, a pesar de tratarse de un edificio que tiene más de 430 años, y que debiera estar protegido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, presenta pintas de graffiti.