Ciudad de México.- La dependencia a los teléfonos inteligentes y al acceso a Internet se ha expandido tanto que durante los últimos cinco años han surgido docenas de clínicas de rehabilitación ubicadas en las cercanías de varias empresas de tecnología en Silicon Valley, pero ninguna tan exclusiva como ‘Paradigm’.

Ubicada a unos 30 km de San Francisco y en el punto más alto de una colina, ‘Paradigm’ es una mansión rodeada de jardines y cámaras de seguridad en donde ofrecen tratamientos específicos para adolescentes que invierten hasta 20 horas al día en usar su teléfono celular.

La clínica de lujo recibe a pacientes de entre 12 y 18 años, con padres que estén dispuestos a pagar los más de 30 mil pesos mexicanos por noche que cuesta la intervención; los tratamientos duran aproximadamente entre 45 y 60 días dependiendo el grado de la adicción.

Esto significa que la inversión mínima en un tratamiento es de aproximadamente 1.35 millones de pesos y hasta casi dos millones de pesos o más en los casos con una mayor complicación; obviamente la atención es tan exclusiva que sólo aceptan ocho pacientes de forma simultánea.

¿Qué incluye el tratamiento?

Para empezar, los adolescentes internados en la mansión tiene prohibido usar teléfonos celulares, computadoras portátiles y tabletas, mientras que los equipos usados en las aulas de refuerzo escolar no cuentan con acceso a redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea y pornografía.

Los pacientes cuentan con horarios establecidos para levantarse, estudiar, comer y participar en una serie de terapias colectivas e individuales, donde tanto maestros como psicólogos monitorean cada una de sus actividades, con la promesa de “reprogramar” su comportamiento y reconstruir su relación con la tecnología.

El tratamiento también incluye terapia artística y musical, actividades recreativas (gimnasia, escaladas, paseos por la playa) y discusiones grupales durante la cena, así como actividades nocturnas relacionadas con la relajación, como el yoga, la acupuntura y la meditación.