Arte
Publicado el miércoles, 22 de marzo del 2017 a las 20:16
Saltillo, Coah.- ¿Se han dado cuenta de eso? Es un fenómeno muy extraño. ¿Por qué en tantos cuentos e historia hay un familiar malvado? Madres, padres, madrastras, padrastros, tías, tíos, hermanos, hermanas… ¿Coincidencia? (No estoy diciendo que sus familiares sean malas personas ni nada… Pero deberían de cuidarse la espalda).
La Increíble Historia de… Mi Tía Terrible Entonces… ¿Cómo empieza esto?
Stella despierta un día (tres días antes de su cumpleaños, para ser exactos) tras estar en coma. Cuando abre los ojos descubre que ha sufrido un terrible accidente en el que fallecieron sus padres (¿también les recordó a Batman?).
Nuestra protagonista lleva algunos meses sin abrir los ojos, y de ahora en adelante será la tía Alberta quién cuidará de ella y de Saxby Hall, la mansión de la familia (¿ven? no me digan que esto no les suena un poquito a Batman… Sólo falta que la protagonista le tenga miedo a los murciélagos).
Conforme pasa el tiempo, Stella descubre una a una las mentiras de su tía (“mentirosos patológicos”, ¿sabían que es una enfermedad? Hay gente que de verdad no puede dejar de mentir, aunque lo intente), y comienza a dudar de su papel en el accidente.
Stella se da cuenta de que su tía Alberta tiene la intención de quedarse con la casa que dejaron sus padres.
Ayuda alada
Con ayuda de su nuevo amigo Hollín (que es un fantasma, larga historia), Stella intentará descifrar el misterio de Saxby Hall. A la vez que intentará, por todos los medios, escapar de su malvada tía Alberta y de su mascota Wagner, un gran búho de las montañas de Baviera.
También este libro da un poco de perspectiva… La muerte de tus padres debería de ser algo… Pues extremadamente trágico, ¿no? Toda tu vida cambia en un segundo. Sin embargo, el autor encuentra una forma de llenar la historia con pasajes divertidos, que hacen que te mueras de la risa.
Stella es una chica que no tiene miedo a la aventura, y se vuelve valiente y audaz.
¿De verdad no les llama la atención? ¡A leer!
Editorial: Montena
Autor: David Walliams
Ilustrador: Tony Ross
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