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Del Librero de Allegra: Perdido entre tumbas

Por Allegra Márquez Estrada

Publicado el martes, 10 de enero del 2017 a las 20:03


¿Saben? Yo nunca he visto un cementerio. No, en serio. Además de verlos en películas o series, nunca he entrado a uno en la vida

Saltillo, Coah.- ¿Saben? Yo nunca he visto un cementerio. No, en serio. Además de verlos en películas o series, nunca he entrado a uno en la vida real. Las opiniones sobre los cementerios son muy variadas, algunos dicen que se sienten una sensación de tristeza o depresión, otros sienten paz o calma y algunas personas no sienten nada.

¿Por qué menciono un tema tan particularmente extraño como los cementerios (especialmente en el inicio del año? Pues dejen que les cuente…

The Graveyard Book. Volume 1
Editorial:
Harper Collins
Autor: Neil Gaiman
Adaptación: P. Craig Rusell
Ilustradores: Kevin Nowlan, P. Craig Russell, Tony Harris, Scott Hampton y Jill Thompson

Para empezar, tal vez el nombre de Neil Gaiman les suene familiar, pues este autor es también el creador de Coraline (historia de la que también hablé hace poco), pero no tienen nada que ver una historia con la otra, créanme.

The Graveyard Book es una novela gráfica (basada en el libro original de Gaiman) que narra la vida de Nobody (o Nadie, en español) Owens. La familia de Bod (Nad, en español) fue asesinada cuando él era solo un bebé y escapó de la muerte por muy poco. Cuando escapó de su cuna, gateó hasta el cementerio cercano a su casa donde encontró a sus salvadores, nueva familia y el que sería su hogar durante su niñez.

El cementerio decidió aceptar a Nobody otorgándole “The Freedom of the Graveyard” (literalmente “la libertad del cementerio”), que le provee de ciertas habilidades que le ayudarán en su supervivencia en el camposanto, tales como ver en la oscuridad, andar en lugares por los cuales los vivos no pueden, pasar inadvertido por la mayoría e incluso ser invisible a ciertas miradas; además de otros tantos dones que aprenderá durante su vida y después de ella.

Un matrimonio de fantasmas, los Owens, adopta a Bod, y Silas, un ser que no está ni vivo ni muerto, se convierten su guardián y tutor.

Familia fantasma

Silas se encarga de conseguir comida, ropa y demás necesidades básicas para el pequeño, ya que él puede salir del cementerio. Por esto mismo, en ocasiones se ausenta por algún tiempo dejando a la misteriosa señorita Lupescu en su lugar, quien ayudará a Bod cuando se meta en líos con los ghouls (devoradores de cadáveres).

Así Nobody va transcurriendo su niñez rodeado de fantasmas en los que ve a su familia, amigos, maestros y compañeros. Aprende a amar el cementerio como el hogar que no quiere dejar, pero a la vez siente esa curiosidad por el mundo exterior y las personas que “respiran”.

Nuestro protagonista conoce a su primera amiga, Scarlett, una niña que jugaba en el cementerio mientras su madre leía en un banco cerca de la capilla. Instantáneamente se hicieron amigos (aunque ella pensaba que él era un amigo imaginario), compartiendo aventuras como la vez que se escurrieron hasta la tumba del “Hombre Índigo”, la sepultura más antigua del lugar. Pero luego de esto Scarlett debió mudarse con sus padres a Escocia.

Después Nobody descubre la “tumba” de Liza Hempstock, la “bruja” del cementerio que fue enterrada con solo una piedra marcando el lugar. Bod decide comprarle una tumba como agradecimiento por haberle ayudado con su pie lastimado. Así que toma un broche de la tumba del Hombre Índigo e intenta venderlo en una casa de empeño, donde su dueño, el señor Abanazer Bolger, lo encierra para obligarle a decir dónde conseguir más de esos valiosos objetos.

Con ayuda de Liza, nuestro amigo regresa sano y salvo a su hogar, luego de esta primera incursión en el mundo. La segunda vez que sale, Nobody toma parte de una tradición local llamada “Danse Macabre”, donde los vivos y los muertos se unen en un baile hasta la medianoche, que es cuando las flores de invierno florecen. Bod baila con la Dama Gris, que le promete dejarle cabalgar en su caballo blanco… cuando llegue el momento.

Su tercera incursión en el mundo de los vivos fue alrededor de sus 11 años. Lleno por las ideas de los libros que le muestran diferentes paisajes de un mundo que desea conocer, y consciente de que afuera hay mucho por aprender, decide ir a la escuela.

Al principio todo va bien pero termina involucrándose demasiado con algunos niños, llamando la atención, y no le queda más opción que abandonar la experiencia. Ya con sus 14 años, Nobody se reencuentra con Scarlett, que ha regresado a la ciudad con su madre luego de la separación de sus padres, y así reanudan su amistad. Ella le ayudará a investigar sobre el asesinato de su familia, contando con la infortunada “ayuda” del Sr. Frost, quien no es lo que aparenta…

Y creó que ya hable demasiado, ¿No?

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