Guadalajara, Jalisco.- “Se nos pasó, perdón, es que estábamos saturados”, fue lo que le dijeron a César Eduardo Calderón Ríos, quien esperaba con ansias el nacimiento de su bebé, y que según denuncia, por una negligencia del personal del Hospital Materno Infantil Esperanza López Mateos, el bebé nació muerto.

Su esposa, una joven de 24 años de edad, llegó al nosocomio el sábado pasado, cursando la semana 43 de gestación, es decir, ya en un embarazo a término y con todas las condiciones para dar a luAcudió con temperatura y sangrados, pero el personal del hospital que la atendió le dijo que como todavía no reventaba la fuente, no era tiempo de ingresarla.

Las molestias continuaron el domingo, y el lunes al mediodía César la llevó a la también conocida como “Mater”, en donde la tardanza para atenderla superó lo esperado.

Fue hasta las 15:40 horas cuando le dijeron a César que ingresarían a su esposa y que en tres horas ya tendría a su bebé en brazos. Fue a su casa por las cosas para su mujer, la ropita del bebé y la pañalera.

No ocurrió así. La joven señora siguió esperando y fue atendida hasta las 07:00 horas del martes, cuando la sometieron a una esperada cesárea que llegó tarde. Su primogénito, quien se llamaría César Alejandro, nació muerto, con cuatro kilos y cien gramos de peso.

“Me dijeron que estaban saturados, que se les pasó; mi bebé tenía bien sus latidos del corazón, llegó bien y llegó para dar luz, y no le hicieron nada, la hicieron a un lado 20 horas (a su esposa). La pusieron en una cama y ahí la dejaron, y a las 07:00 horas la vio mal (el médico), y vieron que ya no se oía el corazón, y salió el bebé muerto”.

Según comenta el señor, notablemente molesto y triste a la vez, el personal del hospital aceptó la negligencia, pues desde el viernes no se permitió la entrada a algunos de los médicos, por ser eventuales del Seguro Popular; además, que pacientes de otros hospitales, por lo que el trabajo se multiplicó y se saturó el área.

“Si yo sé que van a estar cerrados allá (otros hospitales) y soy director de un hospital, pues voy a tener personal, y decirles que vengan a trabajar; me dijeron que estaban saturados, que esa fue la razón”.

Hasta ayer, el señor se negaba a firmar el certificado de defunción de su bebé, debido a que no acepta la causa de muerte que aparece en el documento, por lo que no podía recoger el cuerpo de su bebé. Insiste en que fue negligencia.

“Cómo voy a recibir un acta de defunción con algo que no fue cierto, me dijeron que hubieran hecho la cesárea en la guardia de la madrugada, pero como estaban saturados, se esperaron hasta la mañana”.

Dos casos similares en dos días

Cerca de las 13:00 horas de ayer, un vehículo funerario esperaba el pequeño cuerpecito, no del hijo de César y su esposa, sino de otra pareja que también denuncia una atención tardía en la atención, ya que no le hicieron un ecosonograma que le tocaba.

Antes de practicarle la cesárea, al momento de revisar cómo venía el bebé, se descubrió que ya latía su corazón.

“El jueves pasado venimos a la cita, y el doctor nada más le checó lo básico, y ese día no le hicieron el eco porque el doctor tenía una junta y se fue; ya tenía los nueve meses y tenía su cita para la cesárea para el martes su cesárea”.

Según su esposo, Ricardo Castro, comenta que en el hospital se les dijo que no tenían el personal completo y que por eso había mucha gente esperando.

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