España.- España alberga una de las tradiciones más escalofriantes del mundo, pues algunas personas desfilan en ataúdes para agradecer que no se han muerto.

Es en la localidad de Santa Marta de Ribarteme donde sus pobladores depositan su fe en Santa Marta, cuyo hermano, Lázaro, volvió a la vida cuando Jesús lo visitó, de acuerdo con la Biblia.

Agradecidos por sobrevivir a un accidente mortal o enfermedad, quienes se animan a participar en dicho ritual deben escuchar misa y tocar la figura de su patrona antes de recostarse en un ataúd que será cargado por sus familiares.

Cada 29 de julio se lleva a cabo la procesión que es amenizada por un coro que entona una y otra vez el himno de alabanza a santa Marta.

Dado que la celebración ha tomado importancia durante los últimos años, la parroquia local cobró por primera vez una renta de 100 euros por utilizar los ataúdes, a fin de “filtrar a los excéntricos que buscan participar solo por folclor y no por fe religiosa”, indicó el reverendo Alfonso Besada.

De acuerdo con la sacristana de la iglesia, la ausencia de los participantes el día de la procesión no es común, sin embargo, pueden darse por un ataque de pánico a último momento o un problema físico grave.

Aunque no se tiene claro el origen de la festividad, se sabe que las “marchas funerarias” datan del medioevo ante el fervor pagano y religioso de Galicia, donde abundan leyendas sobre poderes curativos de brujas locales.

Por su parte, el funcionario del ayuntamiento, Xosé Manuel Rodríguez, sugirió que sus orígenes se vinculan a la pobreza y el aislamiento de las aldeas que rodean la región, pues no tenían acceso a la “medicina moderna”, razón por la cual creían en los curanderos locales.

Tal es el éxito de la lúgubre peregrinación que las autoridades prevén añadir el evento a las festividades oficiales de España que reciben subsidios públicos por constituir actividades turísticas.

Con información de The New York Times