Ciudad de México.- Hoy trascendió que Antonio Luna Hernández, de oficio albañil, se declaró el asesino de sus tres hijos menores de edad en una finca en San Miguel de Allende, Guanajuato, pero después del homicidio, su pareja sentimental denunció inconsistencias en las investigaciones y tortura, por lo que surge la pregunta ¿qué hay detrás de este caso?

Hay que recordar que un día después del asesinato de los niños de 4, 8 y 11 años, el 15 de enero, en un operativo en un inmueble en la comunidad de Ampliación Cieneguita, en el que participaron policías ministeriales, la madre de los menores denunció que sus declaraciones, así como las de su esposo, fueron cambiadas y además le hicieron firmar “hojas en blanco”.

Familiares y conocidos del inculpado realizaron protestas días después de la detención de Antonio ya que aseguraban que no era capaz de hacerle daño a sus propios hijos y, además, lo desaparecieron 16 horas antes de que lo llevaran a los separos para ser investigado.

Su abogado en ese momento, José Luis Vargas Ramírez, declaró que el detenido presentaba hematomas y moretones en todo el cuerpo y podría tener lesiones internas.

La madre de Juan Adrián, Mateo y Gabriel aseguró que lo único que su esposo hizo el pasado 14 de enero, fue tratar de defender a los pequeños asustados cuando hombres armados identificados como agentes ministeriales, irrumpieron en la madrugada en la finca que la familia cuidaba.

Y es que según la versión oficial de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), ella declaró que fue su esposo el que mató a los niños, pero ella lo desmiente y afirma que eso no fue lo que dijo. Además, indicó que cuando la detuvieron, junto a su pareja, nunca le proporcionaron un abogado de oficio, realizar alguna llamada y le hicieron firmar hojas en blanco.

Entonces, causa un poco de confusión que este jueves funcionarios estatales informaran que Antonio admitió su culpa para que así un juez disminuya su sentencia.