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¡El monstruo que llegó con la anícula!

Por Néstor Jiménez

Publicado el domingo, 9 de julio del 2017 a las 09:00


Aquella extraña oveja nacida cerca de la colonia Occidental de Ciudad Frontera

Monclova, Coah.- Como todas las mañanas, Don Ramón se alistó para acudir a su terreno en lo que es el ejido Frontera, cuyo poblado quedó engullido por la colonia Occidental.

A las cinco de la mañana, aquel ejidatario de 71 años inició sus labores para revisar su parcela y el rebaño de borregos que tenía, con el fin de sacarlo a pastar.

Para las nueve de la mañana el sol estaba muy picoso, era el último día de canícula del 2003 y las temperaturas de ese periodo pasaban los 40 grados; pero al ser gente de campo y de la Región Centro, Don Ramón andaba como si nada.

Cuando llegó a su majada todo estaba en orden para pastorearlas, salvo por una situación: una de las ovejas estaba a punto de parir y se encontraba recostada entre las yerbas.

Acostumbrado a este tipo de situaciones, revisó al animal y el parto era inminente, por lo que trató de ponerle sombra y espantar la infinidad de zancudos que revoloteaban en busca de hartarse de sangre.

El desesperado ovino no podía dar a luz, sus balidos de dolor se dejaban escuchar a varios metros a la redonda y el ranchero de más de 70 abriles se dispuso a ayudarle. Ese fue el comienzo de una extraña historia que quedó grabada en los habitantes del sector Occidental de la ciudada rielera, en el área que se conoce como “El Embarcadero”, cercana a la barda de Ferrocarriles.

A pesar de haber transcurrido 14 años años, la gente aún comenta en sus charlas de sobremesa o al pie de una fogata en reuniones, el día en que la naturaleza jugó una desagradable broma: la vez que nació el monstruo de la Occidental.

ASUSTABA NADA MÁS DE VERLO

Fue un raro fenómeno, una burla de la naturaleza que asombró a la ciudadanía y a los más experimentados veterinarios de la región.

Se trató del nacimiento de un extraño ser con características únicas, lo que para muchos pobladores fue considerado como un mal augurio, una señal del mal.

Entrevistado en su domicilio, Don Ramón Garza Rodríguez, ahora de 85 años, recordó el singular fenómeno que lo hizo ser visitado por muchas personas.

“Recuerdo que fue como cuatro horas en las que batallé para ayudarle a la borreguita a tener la cría”, expresó nuestro protagonista bajo la sombra de un frondoso árbol.

Era el 24 de agosto del 2003 (Un servidor tuvo la oportunidad de cubrir esa noticia) y Garza Rodríguez notó que faltaba la borrega preñada, pero debido a los sonidos que emitía fue fácil dar con ella.

Su terreno estaba a pocos metros del libramiento Carlos Salinas de Gortari, casi frente a la empresa Teksid.

“Ya cuando nació me asusté, nunca me esperé ver eso”, aseguró y narró que ante sus ojos efectivamente había una cría de oveja, pero su cabeza era sumamente espantosa.

Su cuerpo era normal, muy bien formado, color blanco con manchas negras, de pezuñas prominentes, pero la verdad sea dicha, tenía una apariencia simplemente siniestra.

Unos enormes ojos, una nariz alargada, boca y cabeza pequeña, sus orejas largas las tenía pegadas al cuello. Con asombro observó cómo el animalito logró incorporarse y… ¡caminó!

Don Ramón lo cargó poniéndolo en una bolsa de plástico para protegerlo y se encaminó rumbo a su domicilio ubicado en el número 513 de la esquina formada por las calles privada Miguel Blanco con 16 de Marzo de la colonia Occidental.

LUCHÓ POR SOBREVIVIR

El curioso animalito se comportaba como cualquier otro ovino recién nacido, e incluso trataba de correr por el patio de la vivienda mientras que por las ventanas los familiares de Don Ramón lo observaban asustados.

“Por lo regular este tipo de crías muere apenas nacen, pero este se aferraba”, dijo el experimentado anciano, padre de ocho hijos y quien tiene la fortuna de ser abuelo y bisabuelo.

Actualmente su salud está deteriorada, pero al ser de buena madera aún se encuentra activo y con una memoria increíble, pues recordó cada uno de los pormenores que acontecieron en aquella época canicular.

“Rápido le hablé al veterinario Valle, buen amigo y vecino, y él fue quién lo examinó pero también se sorprendió cuando l o tuvo cerca”, siguió narrando.

Increíblemente se amamantó, su boca era pequeña pero tenía unos colmillos como si se tratara de algún canino y en total fueron ocho días contados los que vivió.

Garza Rodríguez, nacido el 2 de enero de 1932, aseguró que en toda su vida no había visto una cosa tan más extraña como la borreguita que le nació en la majada.

“Sabrá Dios por qué habrá nacido de esa manera, mis hijas lo paraban y sí caminaba, ahí anduvo como cualquier otro borreguito”, indicó.

EN LA OPINIÓN DE UN PROFESIONAL

El medico Veterinario, Eduardo Valle, quien en ese tiempo presenció ese capricho de la madre naturaleza, consideró que todo se debió a un mal congénito.

Rechazó que se haya debido a problemas de contaminación como en su momento los lugareños y algunas autoridades creyeron, debido a la cercanía de las empresas del libramiento Carlos Salinas de Gortari.

El borreguito tenía extrañamente dos corazones y dos esófagos, pero son malformaciones biológicas que si bien no son muy frecuentes, existen aisladamente.

Hay noticias de casos en donde nacen con cinco patas, dos cabezas entre otras anomalías y en la mayoría de los casos no sobreviven. Desgraciadamente sus cadáveres son exhibidos en espectáculos de feria para complacer el morbo de los curiosos, en las atracciones de los animales fenómenos.

LLEGARON A VERLO DE MUCHAS PARTES

Propios y extraños se asombraron al ver al fenómeno que acababa de nacer y los niños que lo miraban no tardaron en sacarle parecido al juguete de moda en ese tiempo, “El Furby”, y no era para más, los enormes ojos eran casi idénticos.

Expertos veterinarios llegaron a verlo, además de gente procedente de lejanos ejidos como Acámbaro, pues no creían la noticia que en ese tiempo corrió como reguero de pólvora.

Don Ramón creyó que la contaminación emanada por las empresas cercanas había producido el grotesco monstruo.

“Me acuerdo que la mamá estaba llena de tábanos y la cara de la cría haga de cuenta que estaba viendo uno”, manifestó el entrevistado, quien se sostenía con su bastón.

El fenómeno duró varios días en la casa de Don Ramón, quien posteriormente lo enterró luego de haberlo tenido algunos días en el congelador.

Hubo quienes aseguraron que el monstruo representaba un mal augurio y veían en ello una fatalidad próxima y llamaban al arrepentimiento de los pecadores.

“Iba a una parcela que tenía rentada en Estancias de San Juan Bautista y la raza me rodeaba para preguntarme sobre la borreguita”, indicó Don Ramón Garza.

Siempre querían que el señor les contara la historia, algunos no le creían pero cuando salió en el periódico ya fue cuando se espantaron al ver la fotografía.

La historia poco a poco fue pasando de moda y todo volvió a la normalidad, pero una cosa es segura; aquella criatura sorprendió a propios y extraños y la cara del animal difícilmente sería borrada de la mente de quienes la observaron.

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