Saltillo, Coahuila.- Familiares del pequeño Iker Ulloa expresaron que si el perro “Max” tiene marcas de golpes, es porque su antiguo dueño lo usaba en peleas clandestinas de perros.

Luego de que el pitbull fuera trasladado a Estados Unidos a petición del actor Raúl Julia Levy con la intención de rehabilitarlo, revelaron que el animal se encontraba muy maltratado, con huellas de golpes, incluso de tortura, debido a cicatrices y marcas en su cuerpo.

Además, la asociación que dirige el actor amenazó con interponer una denuncia contra los que tuvieron la custodia del animal en Saltillo, sobre todo después de que le fuera retirado a la señora Julia Martínez.

Ante esto, tíos y familiares directos de la madre de Iker coincidieron en que si el perro tiene tales marcas de golpes y cicatrices, debía de ser porque el dueño, el hijo de Julia Martínez, lo usaba para organizar peleas de perros clandestinas, algo que, señalaron, era conocido por todos en la colonia.

“Uno dice: ‘¿por qué el perro era tan agresivo?’ Pues es que lo peleaban… el muchacho, hijo de doña Julia, peleaba al perro, por eso traía siempre golpes y cicatrices. Y luego lo encerraban en lugares bien chiquitos y a veces ni le daban de comer para que se hiciera más bravo”, compartió Joel, uno de los tíos del niño.

La bisabuela, Norma Alicia Delgado, coincide con la versión. Dice que si el perro atacó a Iker fue porque lo tenían entrenado para agredir; utilizaban violencia sobre él, por eso piensa que también se debe de fincar responsabilidad y cárcel al dueño de “Max”, el verdadero culpable de la tragedia.