Saltillo, Coah.- Cuando hay podredumbre, por más que se intente ocultar, el hedor, tarde o temprano, la revela. La semana pasada tres cloacas se destaparon sobre casos relacionados con el abuso sexual en Saltillo. Los tres siguen todavía sin resolverse.

La denuncia de una jovencita interpuesta el 17 de febrero evidenció el primer caso. Asegura la chica que el hijo de un pastor cristiano la violó durante un campamento organizado por la iglesia Salt Church, en las instalaciones de un predio conocido como Tierra Alta.

Como era de esperarse, los padres del jovencito, dos ciudadanos norteamericanos, niegan los hechos. Aseguran que los chicos eran “como novios” y que se intercambiaron videos desnudos. Pero nada más. La PGJE ya investiga el caso. Sin duda, algo huele mal bajo esa cloaca.

Esta misma semana la maestra cuarentona de una preparatoria saltillense fue puesta a disposición de las autoridades, acusada de intentar abusar sexualmente de un alumno suyo, adolescente de 15 años. Aunque no fue encarcelada, se le dictaron medidas cautelares, entre ellas no acercarse al denunciante, ni presentarse en su centro laboral.

Pero la maestra violó las disposiciones, pues Zócalo corroboró que la maestra de la preparatoria Lorenzo Milani sigue acudiendo a dar clases en el plantel donde todavía está matriculado el alumno. El caso no tiene buen aroma. Habrá que esperar a que retiren completamente la tapa que lo oculta.

Y el tercer caso es un paquete de fotos de jovencitas saltillenses desnudas, que circula en redes sociales en total impunidad. Un hecho que pone en evidencia a la Policía Cibernética, al ser un medio de comunicación quien destape esa cloaca, que hiede a violación a la privacidad de estudiantes, sin que nadie haga algo para detener el avance del problema.