Monclova, Coah.- A sus 75 años de edad, Bertha Alicia, pensionada por viudez, quería un préstamo de 3 mil pesos mediante el Seguro Social, la mandaron por un estado de cuenta al banco, y ahí, sin entender lo que pasaba, firmó y le prestaron 13 mil 400 para pagar un total de 21 mil pesos a tres años.

“Sí firmé pero porque usted me engañó”, dijo al ejecutivo la abuela de apellidos Castilla Carreón, luego de tres días, cuando regresó al banco con la intención de devolver el dinero que le habían depositado en su cuenta.

Ayer, preocupada por esa situación, acudió en busca de asesoría con los integrantes del Movimiento Unificador Nacional de Jubilados y Pensionados, ya que en el banco le dieron como solución el que para el próximo primero de diciembre deposite 10 mil pesos para resolver su problema, quedándole únicamente los tres mil que ella quería.

A pesar de la solución que le ofrecieron los ejecutivos, la generalizada idea de que los bancos no pierden, y el miedo ante la posibilidad de tener que pagar algo que no puede, Bertha Alicia expuso el problema ante el líder de los pensionados, Jesús Castillo
Suárez.

“Me embaucó, le dije al ejecutivo, ¡bueno para convencer!, le voy a pagar más de lo que usted me está prestando”, señaló quien desde la muerte de su esposo, que era topógrafo, vive sola y se sostiene con una pensión de 2 mil 200 pesos.

“No se puede cancelar”, le respondió el ejecutivo cuando acudió a hacer el trámite.

En el escritorio de la sala de espera de la Asociación de Pensionados y Jubilados, Bertha colocó el contrato que le dieron, más de cinco hojas en donde con letras pequeñas se exponen innumerables cláusulas.