Monclova, Coah.- “Vengan a mí los que están cansados y agobiados, y yo les daré consuelo”, así fue como resaltando las palabras de Jesús con el Evangelio del XIV domingo, el padre Nazario Moreno Montelongo durante la homilía de ayer en la Parroquia Santiago Apóstol, invitó a todos a “sosegar el alma, dejar las cargas en manos de Jesús y recuperar la paz y alegría en nuestras vidas”.

“Qué sucede hermanos, qué nos acontece hoy en nuestra vida, cómo la estamos viviendo; los problemas, la preocupaciones, nos han hecho la vida cansada, qué es lo que hoy venimos cargando, qué es lo que traemos en la cabeza que nos sigue dando vueltas y no nos deja en paz, qué nos acontece”, expresó.

Refiriéndose al desorden en el espíritu que abordó San Pablo en el Evangelio, el sacerdote invitó a la feligresía a hacer una introspección del desorden en la vida de cada uno, de la preocupación, tormentos y así liberarse de las cargas para retomar la alegría de vivir.

“Muchas veces es necesario decir: hasta aquí”, comentó, “decir hasta aquí a esa preocupación, a ese miedo, a ese desánimo, a aquello que nos acompleja, es ponerle ese punto final, es poner todo eso en calma, que no nos haga ruido, para qué, para que el alma pueda salir al encuentro con Cristo, para que el alma nuevamente vuelva a recuperar esa alegría”.

Refiriéndose al desorden en el espíritu que abordó San Pablo en el Evangelio, el sacerdote invitó a la feligresía a hacer una introspección del desorden en la vida de cada uno, de las preocupaciones y tormentos .

“No se puede entender el alma ni el cuerpo en su dimensión individual, sino que el alma comprende al cuerpo y el cuerpo al alma, qué nos está pasando en estos momentos en nuestras vidas, cuáles son nuestras cargas, venir hoy y ponerlas delante de Jesús es entregarle el timón también de nuestra vida”.

“Qué nos está aconteciendo, sólo nosotros sabemos, pero San Juan de la Cruz nos habla de una noche oscura y esa noche oscura es precisamente cuando el alma se encuentra sosegada, cuando el alma se encuentra en completa tranquilidad, porque ese momento es cuando esta puede salir al encuentro de Dios, cuando ha encontrado la paz para iniciar ese cambio de vida”.

Hizo hincapié a las palabras de Jesús “aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón y encontrarán descanso porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.

“Cuando hemos dejado de cargar las cosas por nosotros mismos y se las dejamos a Jesús eso es lo que pasa: cargamos el mínimo de dolor, de penas, de tristezas, de complejos, de miedos, de todo lo que no nos deja vivir la vida ni aprovecharla”.

La invitación es esa, dijo, en un acto humilde y sencillo pongámosle a Jesús nuestro corazón, nuestros pensamientos y todas nuestras cargas y aprendamos de ese camino que él nos vino a enseñar: el camino de la sencillez , mansedumbre pero sobre todo el camino de la humildad.