Saltillo, Coahuila.- Álvaro Bisama es un escritor chileno cuya obra está repleta de fantasías delirantes, cuyos temas que se repiten son la memoria, la identidad y la historia de su país. Sus personajes son como muertos vivientes de un mundo gris y caótico, en donde sus voces sólo se alcanzan a oír a través la memoria conservada en fotografías, cómics y cintas de video.

FANTASÍAS Y TERRORES

Los destellos literarios en la obra de Bisama pueden reflejar desde una obsesión fotográfica, hasta pequeñas historias de terror y ciencia ficción; la fantasía que se mezcla con la realidad tiene que ver con el lugar en donde creció y las historias de las cuales se impregnó desde niño.

“Yo creo que tiene que ver con el lugar en el que crecí, lo cual es un lugar muy lejos del centro en donde me crié, alejado de las ferias del libro, pero consiguiendo libros usados, cómics, películas de terror. Eso me enseñó que para narrar historias todo era válido mientras fuera interesante.

“Me tocó leer desde las historietas hasta las películas de terror […] sólo me llegaban películas malas del cine B, también de las novelas baratas, los libros perdidos, mezclados con los libros de poesía. Esta mezcla es la que me formó”, expresó el autor de El Brujo.

La diferencia entre “baja cultura” y “alta cultura” es algo que Bisama ha borrado por completo de su lenguaje. A él le interesa contar una historia sin que le importe si está más cercano a Víctor Hugo o Alan Moore.

“Yo nunca tuve esa visión, al menos no como lector, porque yo estuve rodeado de estas cosas extrañas y estaba abierto a todo. Desde los géneros como la biografía, el ensayo o la novela histórica, que no han sido distintas para mí que el cómic o el manga. Entonces yo leía y escribía sin aduanas. Yo nunca tuve una diferencia cultural porque para mí no tiene sentido en tenerla.

“La tradición poética chilena es una cuestión muy rara, por ejemplo (Nicanor) Parra, que descentra todo, o Gabriela Mistral, que uno nunca sabe en dónde puede ponerla. Entonces a mí me parece también que la tradición es una cosa llena de anomalías, de cosas raras que es imposible de narrarla de una sola forma”, comentó el autor de Taxidermia.

SIN FRONTERAS

En la nueva literatura latinoamericana existe una tendencia a eliminar las barreras de los géneros, renovando las bases sobre las cuales se escribe. Esto es algo que Bisama tiene claro, o más bien, como el mismo dice, no es algo en lo que piense mucho cuando escribe.

“Yo no me pregunto sobre los géneros cuando estoy escribiendo. No creo estar haciendo una lectura del género desde él. Yo los veo como puertas de los cuales puedes entrar y puedes salir cada vez que quieras, y no hay nada que esté fijo en ellos. Si hay una historia que cabe en mi imaginación puede ser escrita en el género que sea.

“Lo que intento hacer es el funcionamiento de las voces y a veces las voces cavan hasta estas zonas en las cuales te encuentras el realismo o la fantasía. No me interesa debatir el género, aunque sí me interesa más como lector ciertos géneros. Lo que realmente me interesa es descubrir hasta dónde me llevarán las voces de mis personajes y las relaciones que se forman entre ellos”, dijo el escritor.

Chile tiene, quizá, la tradición poética más marcada de Latinoamérica con poetas cómo Pablo Neruda, Gabriela Mistral, Raúl Zurita, y esto, explica, obliga a los autores a cuestionarse constantemente sobre qué es en sí el lenguaje.

“Esa es una pregunta que se está resolviendo en cada libro y en cada proyecto de cada uno y que ahora mismo se está escribiendo. Creo que el hecho de tener una tradición poética fuerte como la nuestra, obliga a los lectores y escritores a estar en una permanente situación a estar buscando qué es el lenguaje y cómo explicarlo. Yo creo que la tradición de la poesía chilena parte desde ese desconocimiento sobre lo qué es el lenguaje”.

CHILE Y EL CAOS

Los tiempos caóticos y los personajes muertos que huyen o persiguen la memoria se mezclan en el Chile imaginado por Bisama. Un Chile que define triste y resignado, que se desconoce y que por eso mismo es importante explorar en sus ilimitadas posibilidades.

“¿Qué es Chile? Yo no sé qué es Chile. Sé que es un país largo en donde hay muchos paisajes distintos como para descubrirlo, pero no tengo claro lo que es. Lo que sí tengo claro es que un país como este con catastrofes, en donde hay terremotos, incendios y todo eso, es lo que hace que tengamos que relacionar la resignación con el paisaje, el paisaje es la resignación, ese paisaje inesperado e inexplicable, cambiante, que no hallo cómo definirlo”, dijo.

Además de decir que Chile es un país inexplicable, Bisama cree que sus obras parten de una visión metafórica de la situación de constante recreación del país y del lenguaje, en donde nada dura para siempre, todo es efímero y donde todos están muertos de una u otra manera.

“Somos un país en donde no hay edificios viejos que tengan más de 100 años debido a los terremotos, sin importar que hayamos tenido un pasado colonial. Cada cierto tiempo hay un terremoto que bota todo y eso es como lo explico así: la escritura chilena es un paisaje en continua reconstrucción con la palabra, con el lenguaje, con la memoria que no es permanente. A mí me parece superlógico que la desaparición física también afecte a la identidad”, finalizó.