Saltillo, Coahuila.- Una fotografía tomada hace un siglo muestra a Venustiano Carranza, jefe del Ejército Constitucionalista, junto al entonces Gobernador de Coahuila, Gustavo Espinoza Mireles; al director de Educación, José Rodríguez González, y al Alcalde de Saltillo, Luis Cavazos Dávila, en la colocación de la primera piedra de la Escuela Primaria Miguel López.

El 15 de enero de 1915 un constructor llamado R. León Arellano, quien hacía trabajos en edificios de piedra, cantera, ladrillo y toda clase de obras de cemento armado y cuyas oficinas estaban ubicadas en la calle Quinta, número 15, elaboró una nota sobre el número de trabajadores y materiales trasladados para la construcción de la escuela Miguel López.

Venustiano Carranza ordenó la construcción de la escuela, y en 1915 apadrinó la colocación de la primera piedra del edificio que hasta estos días sigue formando a las nuevas generaciones.

La nota, conservada dentro del Archivo Municipal de Saltillo, dice que se reunieron, en la llamada Plaza de la Luz, 13 albañiles, 61 peones, 23 canteros por contrato, un mayordomo de obra y 2 ralladores, además de un cargamento de más de 6 mil ladrillos.

En marzo de ese mismo año, el constructor le solicitó al Presidente Municipal una orden de 100 mil ladrillos vía húmeda especial y 50 mil ladrillos vía seca, todo esto para continuar con la construcción del emblemático edificio.

DESDE CERO

En 1919, la directora de la escuela, Juana Pineda, escribió en media cuartilla al secretario del Ayuntamiento, Zacarías Escobedo, lo siguiente:

“Agradeciendo infinito a usted se sirva informarme la forma en que el Municipio pudiera ayudar a esta escuela Miguel López para la compra de algunas sustancias de química que no las hay todas juntas en una misma botica.

“Deseo que tenga la bondad de decirme si puede usted darme una orden o conseguirme con el Presidente que nos firme un recibo que no pasará de 3.00 pesos. No dudando que atenderá mi súplica, doy a usted anticipadas gracias”.

El señor Guadalupe Siller Valdés, quien vivía en la casa número 130 de la calle Bravo norte, vendió el terreno al Gobierno del Estado por la cantidad de 5 mil 584 pesos (cantidad establecida por un avalúo realizado por el tesorero del Estado), con el fin de ampliar la plazuela en la que se construyó el plantel.

En 1920 se solicitó, por parte del secretario general de Gobierno, a las escuelas Gabino Barreda, Luis A. Beauregard y Berta Müller que dejaran sus instalaciones para incorporarse al edificio de la escuela Miguel López, dado que el inmueble cumplía con la capacidad para tener más estudiantes.

El 26 de abril de 1921, el entonces director de la escuela, Manuel Ramos, escribió al Presidente Municipal para que visitara la escuela y viera las condiciones de los baños, ya que sólo contaban con dos sanitarios útiles para alrededor de 350 estudiantes.

HISTÓRICOS ‘GRANITOS DE ARENA’

Por otro lado, el 30 de octubre María Cantoni, reconocida soprano y cineasta italiana, solicitó al Ayuntamiento de Saltillo la posibilidad de realizar un concierto vocal para destinar la mitad de la ganancia a la escuela, ya que llegó a su conocimiento que el plantel carecía de los muebles necesarios. Dicho evento se autorizó y se realizó en el salón de actos de la Escuela Normal, recaudando 314 pesos, correspondiéndole 157 pesos a la escuela Miguel López; asistieron 527 personas con boleto en mano a disfrutar de la voz de la artista internacional.

La biblioteca de la escuela nació para celebrar el Centenario de la Independencia, la cual fue constituida como escolar, pero a su vez biblioteca pública.

Con esta actividad se empezaron a recaudar libros de ciudadanos que donaron ejemplares, así como de 50 libros donados por la Secretaría de Educación.

La biblioteca fue formalmente inaugurada el 3 de marzo de 1922, bajo el nombre de LUX, con un total de 330 volúmenes.

ESCENARIO DE LUCHAS POLÍTICAS

En 1923 hubo una lucha por el poder del estado: por un lado estaban los diputados que apoyaban al Gobernador, y del otro los legisladores en contra del Mandatario.

Fue el domingo 11 de febrero de 1923 cuando los diputados disidentes entraron a la escuela Miguel López para llevar a cabo la sesión del Congreso para desconocer al Gobernador y nombrar a uno interino.

La historia termina como se menciona en un telegrama circular de parte del Gobernador para los presidentes municipales de todo el estado.

“Ruégole hacer del conocimiento del R. Ayuntamiento que usted dignamente preside, que a las diecisiete horas de ayer, diputados disidentes, continuando en una actitud rebelde, con gente armada se posesionaron del edificio escuela municipal Miguel López, habiendo dispuesto en tal virtud por C. Presidente de la República que fuerzas federales desarmaran y aprehendieran delincuentes (sic)…”.

DE ALTA DEMANDA

Desde entonces, la ciudadanía solicitaba becas para que sus hijos estudiaran en la escuela Miguel López, como así lo manifestó por escrito el señor Luis Leal, conocedor de que la educación es una gran herramienta para los niños y jóvenes de Saltillo.

Para 1929, la escuela Miguel López ya contaba con línea telefónica, con el número 524 para efecto de utilizarla para cualquier cosa relacionada con el quehacer de la institución.

La organización de padres de familia y maestros llevó a la creación de una sociedad, con el fin de contribuir al bienestar y crecimiento de los estudiantes y de la institución.

Como toda historia parte de una idea, así nació la legendaria escuela Miguel López, con el esfuerzo de hombres y mujeres que desde hace un centenar de años fueron transformando la forma de educar a los niños de nuestra ciudad. (Colaboración de Luis Esteban Esquivel Cortés)