Ciudad de México.- Otro ejemplar de la vaquita marina fue hallado muerto en el Golfo de California, en el noroeste de México, el único lugar donde habita esta especie en grave peligro de extinción, informó este miércoles el gobierno.

Con este ejemplar, suman cuatro vaquitas marinas (Phocoena sinus) muertas en lo que va de este 2017, indicó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en un comunicado.

La población de esta especie, la marsopa más pequeña del mundo, se estimaba en cerca de 30 individuos según una expedición científica efectuada en febrero pasado.

El último ejemplar muerto fue encontrado el martes a 24 kilómetros al norte de San Felipe, Baja California, en la playa de la Barra del Primer Estero, según Profepa.

“Se trata de un ejemplar juvenil de vaquita marina, de 115 centímetros de longitud, que exhibía un estado de descomposición nivel 4, pues se observó la degradación del cadáver, la pérdida de órganos y su depredación natural”, explicó la institución.

Dada la perdida de tejido en la parte ventral inferior del ejemplar, los expertos no lograron determinar su sexo.

“Se pudo constatar que presenta huellas indicativas de posible enmallamiento con algunos cortes y laceraciones en distintas partes del cuerpo, por lo que se podría presumir que fue su causa de muerte”, aseguró Profepa.

Esta institución, junto con la Marina de México, mantienen vigilancia permanente en la zona, sin embargo los traficantes de totoaba aprovechan la extensa región del Alto Golfo de California para colocar redes ilegales que afectan a la vaquita marina.

Este mamífero, endémico del Golfo de California, no tiene valor comercial alguno, pero es víctima de la pesca ilegal de otros ejemplares, como la totoaba, cuya vejiga natatoria se cotiza en decenas de miles de dólares en un mercado ilegal que tiene como principal destino China.

Así, a principios de abril el gobierno de México anunció que, junto con organizaciones conservacionistas internacionales, trasladarán el próximo otoño (boreal) a algunas vaquitas marinas a un “santuario temporal” para que se reproduzcan sin riesgo.

En 2016 se empezaron a utilizar drones para vigilar la zona. Ese año, se habían encontrado tres vaquitas muertas.