Saltillo, Coahuila.- Anoche falleció en Saltillo el padre Antonio Elizondo, famoso por evangelizar la colonia Guayulera, ser exrector del Seminario, capellán nacional de Boy Scout y “padre” del llamado Cristo de las Galeras.

La muerte sucedió dentro de la Casa del Sacerdote, donde residía desde hace casi una década, cuando debido a su edad fue separado del trabajo pastoral para jubilarlo.

Había enfermado desde que fue párroco del templo Cristo Rey, por lo que tras cumplir con la edad canóniga, fue trasladado a la casa junto a la Alameda, luego de haber tenido una fructífera vida en la Diócesis de Saltillo, donde ocupó diversos cargos, entre ellos ser rector del Seminario.

Miembro activo durante gran parte de su vida del movimiento Scout, el padre Toño quiso coronar su carrera eclesiástica con la construcción de un Cristo de gran tamaño, al cual consagrar la ciudad de Saltillo. Su obra fue edificada, pero no concluida, pues la idea era crear un santuario permanente.

Pero el padre Toño no lo alcanzó anoche falleció de causas naturales, según autoridades, y de acuerdo con la Diócesis de Saltillo, su cuerpo será velado en la parroquia de Cristo Rey.

SOLDADO DE DIOS

Con el padre Antonio Elizondo se va uno de los pilares de la Diócesis de Saltillo. Hombre de Dios, trabajador, disciplinado y honesto al que las nuevas generaciones conocen porque coronó su sacerdocio con la construcción del Cristo de las Galeras. Pero el padre Toño hizo más.

El hombre que pasó 31 años haciendo canchas y regañando pandilleros en la Guayulera, también fue líder nacional Scout, al que le entregaron la presea IMARC y sobre el que el Gobierno del Estado escribió un libro. Nació el padre Toño en Saltillo, un 27 de diciembre de 1929, cuyo padre militar esperaba de él que siguiera la carrera castrense. Ya joven, partió rumbo a México a estudiar la carrera de médico militar. Por el camino cambia de opinión, y llegando a la capital del país, se inscribe en un Seminario. Se convirtió en soldado, pero de Dios.