Saltillo, Coahuila.- Falleció la hermana Consuelito Sánchez, que se convirtió en la abuela de 10 generaciones de niños de madres adolescentes que pensaban abortarlos, pero fueron rescatadas por ella en la Casa de la Misericordia.

Está de luto el albergue que desde hace más de 10 años recibe a jovencitas embarazadas. Sus hijos aprendieron a llamarle “güelita” o “tita” a Consuelito en la casa de la calle Bolívar, entre Hidalgo y Bravo.

La madre Consuelito se convirtió en Superiora de la Congregación de Siervas de la Misericordia en Saltillo, cuando hace poco más de 10 años el obispo Raúl Vera la trajo desde la Sierra Tarahumara, donde hacía su apostolado.

“Me siento como más contenta y más plena que cuando niños en los otros orfanatorios me decían mami, ma, tita o abue”, contó la madre Consuelo a Zócalo en una de sus últimas entrevistas.

ORIGINARIA DE ESTADOS UNIDOS

Originaria de California, Estados Unidos, pero de padres mexicanos, decidió ser monja a los 17 años y además del noviciado estudió para enfermera y luego una maestría en obstetricia, iniciando su apostolado en el Hospital de Santa María, en California.

Luego fue asignada a México, a un orfanato de Ocotlán, Tlaxcala, después a otro en Tulancingo, Guerrero; y finalmente a otro en la Sierra Tarahumara, de donde el obispo Vera se la trajo para atender la Casa Hogar de la Misericordia.

Falleció ayer a sus 77 años, 10 de los cuales se la pasó dando asilo a adolescentes que tenían intenciones de abortar, y que no solo no se deshicieron de sus niños, sino que hay toda una generación de ellos que ahora asisten a la guardería que ella misma también fundó.