Nacional
Por Agencias
Publicado el lunes, 4 de diciembre del 2017 a las 09:00
Ciudad de México.- Los esfuerzos del combate a la corrupción en México con un nuevo sistema, establecido por el gobierno de Enrique Peña Nieto ante la presión para reaccionar a diversos escándalos, están siendo obstaculizados por las mismas autoridades al rehusarse a colaborar en algunos de los principales casos que enfrenta el país, según denuncian los integrantes del Comité de Participación Ciudadana que forma parte del sistema.
Los miembros de esa instancia denuncian que sus intentos de investigar el uso de herramientas de espionaje adquiridas por el Gobierno en contra de civiles, el desfalco de decenas de millones de dólares por medio de universidades públicas y acusaciones de sobornos por contratos de construcción, han sido bloqueados a cada paso del camino.
Peña Nieto, afectado por escándalos en el seno de su gobierno con señalamientos a aliados políticos y a integrantes de su familia, acordó la creación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA) en 2016, el cual fue promulgado por medio de reformas a la Constitución de México e incluye un mecanismo para la participación ciudadana, en un parteaguas para el país.
Sin embargo, nueve meses después de que fueron nombrados los integrantes de ese mecanismo con la misión de trabajar en proyectos para el combate a la corrupción –como la que llevó a que se creara el mismo sistema–, estos dicen que no han podido hacer ni los más mínimos avances.
Señalan que el SNA fue anunciado con bombo y platillo pero, desde entonces, las autoridades no han dejado que se efectúen verdaderas investigaciones sobre sus decisiones.
“Están apanicados de que quizá le demos con fuerza y encontremos algo o hallemos a individuos responsables de actos corruptos”, dijo José Octavio López Presa, uno de los cinco miembros del Comité de Participación Ciudadana (CPC), exdirector ejecutivo del capítulo mexicano de Transparencia Internacional y quien trabajó en la Contraloría mexicana (ahora Secretaría de la Función Pública).
El esfuerzo detrás del SNA empezó hace más de un año, cuando los activistas le presentaron al Gobierno más de 600 mil firmas ciudadanas en respaldo a una iniciativa de transparencia y combate a la corrupción, conocida como 3de3.
El Presidente cedió ante los cuestionamientos sobre la situación en esta materia y sobre posibles conflictos de interés propios –como la compra multimillonaria de una casa por parte de la primera dama a un contratista del En teoría, los ciudadanos, vía el CPC, son quienes están a la cabeza del Sistema Anticorrupción por medio del Comité Coordinador, lo que los empodera a asegurarse de que esté funcionando a favor de la población y no de los funcionarios.
Sin embargo, en entrevistas con los cinco miembros del CPC, estos ofrecieron un recuento de los diversos obstáculos que han enfrentado por parte del Gobierno.
El fiscal Anticorrupción que el SNA establece como figura para la investigación independiente de casos de corrupción no ha sido Y los integrantes del Comité de Participación Ciudadana dicen que frecuentemente no los convocan para las discusiones de los grandes casos de corrupción.
“Es un mal chiste”, dijo Luis Manuel Pérez de Acha, un abogado que forma parte del comité ciudadano. “Fui ingenuo cuando arrancó el sistema; creía y tenía la esperanza de que iba a funcionar. Ahora sé que quieren sabotear todo lo que hacemos”, añadió.
Los integrantes del CPC señalan que, en buena medida, el problema es que sus poderes sólo están en el papel.
Todas las decisiones significativas tienen que tomarse en el Comité Coordinador, que junta a los encargados de siete entidades, de las cuales seis son de diferentes ramas del Gobierno.
“Me dieron toda la responsabilidad y nada del poder”, dijo Jacqueline Peschard, presidenta del CPC y del Comité Coordinador.
El Gobierno rechaza esas acusaciones. Asegura que ha respaldado a los integrantes del Comité Ciudadano y que más bien ellos han malinterpretado cuál es su mandato.
Según el Gobierno, no se supone que deben investigar la corrupción, sino que deben ayudar a establecer políticas y coordinarse con varias autoridades que sí tienen la competencia para indagar los delitos relacionados.
ESPIAR NO ES DELITO
Un sofisticado programa espía que fue vendido al Gobierno con la finalidad de buscar a terroristas y redes criminales fue utilizado en contra de periodistas, académicos, defensores de los derechos humanos y activistas anticorrupción y antiobesidad, en una posible violación de las leyes.
Cuando Peschard y el CPC solicitaron información sobre el tema, dijeron, los representantes de las seis agencias gubernamentales en el sistema lo impidieron.
Una de las personas que votó en contra de discutir la situación fue Arely Gómez, actualmente secretaria de la Función Pública y quien era la procuradora general cuando se usó el programa espía contra la sociedad civil.
“Diría que sí hay mucha coordinación en el Comité”, dijo Peschard con una risa irónica. “Son ellos contra mí”.
En un comunicado, la Presidencia reconoció que cualquier “intervención ilegal de las comunicaciones” es un tema de importancia. Pero añadió que la ley mexicana no establece que el espionaje sea un “delito de corrupción”, por lo que los representantes del Gobierno en el Comité Coordinador argumentaron que no era un tema para discutirse en el SNA.
SIN PIES NI CABEZA
Pero líderes de la sociedad civil, incluidos algunos que ayudaron en la creación del Sistema Anticorrupción, dicen que cayeron en un viejo truco: el Gobierno crea un órgano para lidiar con algún tema importante sólo para dejarlo sin fondos, impedir sus acciones o ignorarlo.
“El Gobierno mexicano nos da placebos y creen que nos van a curar”, dijo Juan Pardinas, director ejecutivo del Instituto Mexicano para la Competitividad y uno de los arquitectos del SNA. “Me tomé lo que vendían y le pasé el frasco a mucha gente creyendo que era el camino para el cambio”.
Al sistema todavía le falta una pieza clave, el fiscal anticorrupción, posiblemente el cargo más importante de toda la operación.
El nombramiento está atorado en el Congreso, donde recientemente se detuvo ante el furor por el nombramiento de Raúl Cervantes para la futura Fiscalía General de la República –que, a diferencia de la actual procuraduría, no sería parte del Poder Ejecutivo en un intento de asegurar su autonomía– al considerar que era demasiado cercano a Peña Nieto.
Muchos estados del país tampoco han establecido los sistemas para duplicar el SNA a nivel local.
Pérez de Acha, el abogado que forma parte del CPC, dice que presentó demandas contra los gobiernos estatales que no han cumplido con esa obligación.
Los sistemas debían haber sido establecidos el pasado 19 de julio, a un año de la promulgación del SNA federal. (Con información de The New York Times)
Gobierno–.
nombrado.
Más sobre esta sección Más en Nacional
Hace 40 minutos
Hace 1 hora
Hace 4 horas
Hace 4 horas
Hace 8 horas
Hace 8 horas
Hace 9 horas
Hace 10 horas
Hace 10 horas
Hace 10 horas
Hace 10 horas
Hace 11 horas