Internacional
Por Agencias
Publicado el lunes, 12 de febrero del 2018 a las 09:00
Washington, DC.- La inquietud por el fin de los tiempos es una constante que ha trascendido en la humanidad. La preocupación porque la vida en la Tierra se extinga o que se rompa la sustentabilidad de la raza humana como especie dominante aumenta con el paso de los años, mientras es recurrente observar plazos en el calendario que nos advierten que la sexta extinción es inminente.
Sobran los posibles escenarios en los que la vida en la Tierra se apaga. Ya sea por designio divino; contaminación y cambio climático; un agente viral que produzca una infección masiva; un cataclismo nuclear producido por un conflicto entre naciones; la extinción de recursos naturales como el agua; una invasión extraterrestre o una rebelión de la inteligencia artificial y hasta un suceso en el espacio exterior como el impacto de un asteroide, una tormenta solar o incluso una supernova, la llegada del Armagedon es un argumento cada vez más explotado en novelas, cuentos, películas, series de ficción, videojuegos, cómics y otros productos de la cultura pop.
Sin embargo, el concepto trágico e idealizado de “la oscuridad devorando al mundo” es el punto de partida para alimentar el morbo y el temor de quienes miran al cielo y esperan que todo lo que conocen desaparezca en un día.
Entre profecías, expectación y fechas donde el plazo no se ha cumplido, las posibilidades infinitas de que la vida cumpla su ciclo son cada vez más viables: la realidad confronta al terreno de las ideas e inclina la balanza a su favor. ¿Será que nuestra expectación es en realidad un deseo de observar el fin?
Según los expertos todo tiene su justificación, aunque también explican que hay “amenazas” que en realidad pueden descartarse.
Otros defienden que las posibilidades más extravagantes pueden ser más reales de lo que se imagina.
La escritora Hillary Windsor se dio a la tarea de consultar a profesores y especialistas en áreas donde se advierte un panorama distinto, para encontrar que el sueño de la extinción es, para muchos, una pesadilla que ya está ocurriendo.
‘CONSUMIR ES LA REGLA’
Richard Zurawski, meteorólogo, profesor, expresentador de un programa de televisión canadiense y consejero municipal de Halifax, en Nueva Escocia, advierte que el “ritmo desechable” al que se ha acostumbrado la humanidad, junto a la contaminación y gases de efecto invernadero reflejan que el cambio climático que se vive es un ecocidio consolidado, disfrazado para el resto de la población.
“Nos enfrentamos a dos problemas enormes: el primero es nuestra población, que es insostenible. La mayor parte de la explosión demográfica se produce fuera de Occidente donde seguramente se concentra el 10% de la riqueza mundial. La otra parte del problema que está en Occidente es el aumento del consumismo, esencial para sostener nuestra economía”, aseguró.
Zurawski advierte que más que un desastre natural cataclísmico que acabe con la humanidad, como la erupción de un supervolcán, nos arrastramos hacia nuestra propia extinción. En una lucha cruenta por los recursos, donde los más ricos tratarán de mantener su estabilidad hasta que sea imposible. Situación que pone en riesgo la sustentabilidad natural para antes de 2040.
“Vemos plásticos en los océanos a un incremento de emisiones de dióxido de carbono que no somos capaces de frenar, el derretimiento de los glaciares de todo el mundo y, ahora, la rápida desintegración de las capas de hielo del Ártico y el Antártico. Lo cierto es que la civilización, tal como la conocemos, se acabará dentro de 50 años, si no antes”.
GUERRA NUCLEAR ¿DESCARTADA?
Los profesores del Departamento de Estudios de Defensa de Canadá, Chris Madsen y Eric Ouellet señalan que la extinción por un conflicto nuclear es remota y que incluso muchos ejércitos no saben cómo justificar sus gastos. En el contexto actual, también expresaron que la tensión producida entre potencias nucleares como Estados Unidos, Corea del Norte, Rusia y China incrementaría las posibilidades de un conflicto mundial sin precedentes, aunque es poco viable por las cuantiosas pérdidas.
“Habrá gente que piense en países rebeldes como Corea del Norte, pero lo cierto es que son más disciplinados de lo que la gente cree, así que no creo que exista un gran riesgo. Quizá ahora el riesgo sea mayor que hace cinco años, pero en ningún caso estamos mirando al borde del abismo”, opinó Ouellet.
El académico manifestó que se ha producido un lento declive de Occidente en lo que respecta a su poderío general. Ese declive empezó en la Primera Guerra Mundial y eso ha reflejado una mayor tendencia a conflictos e inestabilidad en la zona, situación que prevé, se agudizará en menos de un siglo.
Por su parte, Madsen expresó que es más viable considerar como amenaza la degradación del medioambiente y las pandemias, relacionadas con el aumento de la población y el consumo de recursos.
“Estamos convirtiendo a nuestro planeta en un lugar inhóspito. Lo único que podría salvarnos es que abriéramos los ojos y adquiriéramos más conciencia medioambiental o que empezáramos a migrar al espacio, al sistema solar o más allá”, concluyó el profesor, quien asegura que 20 mil años del planeta Tierra sin seres humanos serían suficientes para restablecer el equilibrio natural.
VIGILAMOS EL ESPACIO: NASA
Sin dar muchas explicaciones, J. D. Harrington, director de Asuntos Públicos de la Administración Nacional de Aeronaútica y Espacio de Estados Unidos (NASA por sus siglas en inglés), advirtió en una escueta intervención que el director de Protección Planetaria se encarga de proteger los cuerpos del sistema solar de la contaminación causada por la vida en la Tierra, tanto como al planeta mismo de cualquier agente externo.
“Tanto la NASA como otras agencias espaciales de todo el mundo trabajamos diligentemente para proteger a la humanidad de posibles agentes contaminantes durante futuras misiones de obtención de muestras”.
INFECCIÓN ‘ZOMBI’ ES POSIBLE
Para James Thompson, autor del libro Rise of the Mudmen, la posibilidad de un “apocalipsis zombie” producido por algún agente patógeno, uso de armas químicas o bacteriológicas y la manipulación genética es una amenaza que en realidad, es mayor a lo que se proyecta en las producciones de ciencia ficción.
“Lo bueno es que, siendo conscientes de su existencia, se podría remediar con vacunas, cuarentenas. Lo que sí es un hecho es que los desastres llegan cuando se cometen errores más graves y este tipo de errores muchas veces no están a simple vista”, concluyó. (Con información de Vice News)
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