Espectáculos
Por Aurelio Pérez
Publicado el sábado, 18 de febrero del 2017 a las 23:59
Saltillo.- Tal vez el público nunca deje de asociarlo con la poco apreciada imagen de Peter Parker que ofreció en El Sorprendente Hombre Araña, que nunca olvide el beso que le plantó en la boca a Ryan Reynolds en la pasada entrega de los Globos de Oro o su cínica confesión de que tiempo atrás festejó drogado su cumpleaños en Disneyland, pero la verdad es que Andrew Garfield está en camino de recuperar el estatus de actor serio.
No en balde su trabajo en los filmes Hasta el Último Hombre, de Mel Gibson, y El Silencio, de Martin Scorsese, subió sus bonos entre el público y la crítica. El primero de ellos, estrenado recientemente en México, ya le procuró los premios Satellite y Critic’s Choice y le concedió su pase a la contienda por el Oscar, mientras que el segundo, que llegó ayer a las salas nacionales, a pesar de haber sido prácticamente ignorado por la Academia, representa un gran paso en su carrera como histrión.
TRABAJO DURO
Garfield contó en el programa de Graham Norton que trabajar con Scorsese fue extenuante, ya que además de la labor física y emocional que requería su personaje, tuvo que afrontar, junto a su coprotagonista, Adam “Nos pasábamos todo el tiempo solos el uno con el otro y llegó un momento en el que ni siquiera éramos capaces de hablar, sólo murmurábamos cosas sin sentido. Fue una experiencia muy bonita en determinados momentos, pero tengo la sensación de que cuando volvimos a la realidad nos habíamos quedado un poco locos, sobre todo yo”, dijo.
Durante los largos viajes que hacían con el fin de explorar el terreno y así interiorizar sus papeles de dos misioneros que se adentran en el Japón más inaccesible, los actores experimentaron toda clase de sensaciones como resultado de su falta de contacto con la realidad.
“Recuerdo un trayecto de algo más de tres horas en coche que dio para toda clase de momentos. Hubo todo tipo de lenguaje vulgar y de reflexiones sobre la vida. También se sucedieron momentos de muchas risas y también de lágrimas”, agregó Garfield.
ESTÁ DECEPCIONADO
En El Silencio, Andrew Garfield da vida a uno de los dos jesuitas portugueses que, en el siglo 17, van a Japón a buscar a su maestro, del que les han llegado noticias de que ha apostatado, en un periodo en el que el cristianismo no era del todo bien visto en el país asiático.
Referente a la marcada ausencia de esta cinta en las nominaciones al Oscar (sólo obtuvo la del mexicano Rodrigo Prieto, por Mejor Fotografía) Garfield está decepcionado, aunque confía que el filme será reconocido al pasar los años.
“Por supuesto que estoy decepcionado, pero porque creo que es una obra maestra”, externó a The Hollywood Reporter, respecto al tema, “lo bueno es que creo que es una de esas películas que perdurarán en el tiempo”.
El actor afirma que es una de esas cintas que “calarán hondo” y que será capaz de transformar a quien la vea, en comparación a aquellas que obtienen reconocimiento inmediato, pero su impacto disminuye a largo plazo.
“Quiero decir, ¡es Martin Scorsese! Él sabe quién es y nadie puede quitarle eso”, dice tajante.
—TALENTO INGLÉS—
Nacido en 1983, de madre inglesa y padre estadunidense, Andrew Garfield deja su casa de California a la edad de 3 años para vivir en Inglaterra. Y fue allí donde estudió actuación. En 2004 fue galardonado por su actuación en la obra KES y apareció en varias series de televisión, entre ellas Doctor Who.
Tres años más tarde, consiguió su primer papel importante en el filme Leones por Corderos, de Robert Redford, donde compartió cartel con Tom Cruise y Meryl Streep. Después apareció en La Otra Bolena, y El Imaginario Mundo del Dr. Parnassus, y John Crowley lo eligió para protagonizar Boy A que le valió ser aclamado por la crítica y fue premiado como el Bafta. Ese mismo año, la revista Variety le puso en primer lugar en su clasificación de los actores más prometedores. Todavía poco conocido para el público en general, en televisión tuvo un papel recurrente en la trilogía Red Riding.
El año 2010 es particularmente prolífico para Garfield, pues protagonizó Red Social de David Fincher, junto con Jesse Eisenberg y Justin Timberlake, por la que es aclamado por la crítica. Luego de ello Marc Webb se fijó en él para el papel de Peter Parker en El Sorprendente Hombre Araña. En 2011 es el centro de un triángulo amoroso entre Keira Knightley y Carey Mulligan en el drama de ciencia ficción Nunca Me Abandones.
—BESO ACORDADO—
Casi un mes después del revuelo causado en los Globos de Oro, y echarle más fuego a la hoguera al acudir al programa de Stephen Colbert, quien sintió en carne propia lo que Ryan Reynolds, Garfield confesó la verdad sobre aquel polémico beso.
El actor se sinceró en el programa británico de Graham Norton, confesando que había acordado con Reynolds que si éste ganaba en la categoría de mejor actor de comedia o musical, a la cual estaba nominado, lo besara a él en vez de a su esposa, Blake Lively.
“Él dijo ‘sí, eso sería genial’. El plan era que él haría como que se movería hacia su esposa y luego, a último minuto, se voltearía hacia mí”, relató Garfield, “él no ganó, lamentablemente, y le dije ‘podríamos hacerlo de todos modos’ y él se animó”.
El exSpider-Man manifestó que se sintió cómodo de que, al estar tan atrás en el fondo, sólo quienes estuvieran muy atentos los verían, aunque luego del escándalo suscitado, opinó que fue algo “ridículo”, y se rió avergonzado en la entrevista.
33 años tiene el actor.
EL DATO
En Hasta el Último Hombre, la descarnada epopeya antibelicista de Mel Gibson, Garfield interpreta a Desmond Doss, el héroe de guerra que no mató a nadie, papel por el que aspira al Oscar.
Driver, la experiencia de vivir durante ocho días aislado en una zona rural de Gales, algo que le provocó una fuerte inestabilidad mental.
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