Grecia.- Los bomberos luchaban este martes, por tercer día consecutivo, contra tres grandes incendios forestales que azotan Grecia, donde los fuertes vientos dificultan la tarea, informaron las autoridades.

Por el momento, ninguna zona habitada estaba amenazada por el fuego en las tres zonas afectadas, indicó a la AFP un portavoz de los bomberos.

Los incendios se localizan en la costa a unos 50 km de Atenas, los alrededores de la ciudad de Amaliada (32 mil habitantes) en el oeste del Peloponeso y en la isla de Zante, en el mar Jónico.

Los vientos, que soplan entre 40 km/h y 50 km/h en las zonas afectadas, dificultan la tarea de los bomberos implicados en la lucha contra los múltiples focos de incendio declarados desde la semana pasada, indicó la fuente.

En la región de Atenas las autoridades recurrieron al ejército para luchar contra el incendio que se declaró en la localidad de Kalamos, donde fueron desplegados 240 bomberos y el lunes las llamas destruyeron cinco viviendas.

Tres aviones y cuatro helicópteros fueron movilizados para combatir las llamas que oscurecen el cielo de Atenas. Numerosos habitantes de la zona del incendio fueron evacuados debido a la atmósfera asfixiante.

Los bomberos también luchaban encarnizadamente contra el fuego en la isla turística de Zante, donde dos grandes incendios avanzaban en el suroeste y el noreste.

El ministro de Justicia, presente en Zante, declaró que los incendios eran de origen criminal, opinión compartida por las autoridades locales que señalaron 20 focos de incendio durante el fin de semana.

Cerca de Amaliada, una localidad tuvo que ser evacuada preventivamente en la noche del lunes, pero finalmente las llamas no alcanzaron el pueblo, indicaron los bomberos.

Entre el domingo y el lunes, se registraron 91 focos de incendio en Grecia. Las elevadas temperaturas y los fuertes vientos que registra Grecia en el verano facilitan los incendios.

El incendio más devastador que haya conocido Grecia se registró en 2007, en el Peloponeso y en la isla de Evia. El incendio dejó 77 muertos y quemó 250 mil hectáreas de bosques.