Arte
Por Christian García
Publicado el martes, 25 de julio del 2017 a las 09:05
Saltillo, Coahuila.- Hoy Saltillo cumple 440 años de existencia, tiempo en que ha visto diversos eventos que han sido registrados por un personaje en particular: el pintor Guillermo López, quien con sus pinturas alusivas a la ciudad, a su idiosincracia y personalidad, intenta preservar la historia de la ciudad que ama. Zócalo platicó con el artista para conocer qué lo mueve a crear estas obras protagonizadas por Alberto del Canto, el guerrero huachichil Zapalinamé o los soldados norteamericanos que participaron en la batalla de La Angostura.
“Me interesa hablar sobre la historia olvidada de nuestra ciudad. En Saltillo tenemos cosas muy hermosas que, como las vemos diario, las ignoramos, Me refiero a la Catedral y el (Teatro de la Ciudad) Fernando Soler. Son piezas de arte que olvidamos que están ahí.
“Aunque lo que más dejamos de lado es la historia de nuestra ciudad y es lo que me interesa plasmar para que las futuras generaciones puedan verla, y así los niños y los muchachos aprendan de ellas. Mis pinturas tienen una intención didáctica, también”, comentó López.
ESCENAS E HISTORIA
El taller del artista muestra a una persona dedicada a su trabajo y con un gusto real por la investigación de los eventos importantes que ocurrieron en la ciudad. Sus obras son representaciones de colores cálidos que estampan los eventos que dieron cabida a la fundación de la ciudad.
“Me gusta pintar estos eventos porque son los que nos dieron Saltillo. Por ejemplo, pinté la escena de la llegada del capitán Alberto del Canto en la Sierra de Zapalinamé, pero también a los guerreros huachichiles y a los soldados de Francisco de Urdiñola porque ellos llegaron a fundar la ciudad. Los personajes y los sitios son lo que más me gusta pintar”, agregó.
El pintor se vale de distintos recursos para la creación de sus obras: desde el dejar volar la imaginación para diseñar a los personajes, hasta la investigación histórica para representar de la manera más fiel posible sus pinturas.
“Todas mis obras tienen una investigación que hice para pintarlas. He registrado libros del Archivo Municipal, he platicado con historiadores y he leído muchos libros de Vito Alessio Robles y María Elena Santoscoy. Yo necesito saber estos detalles chiquitos para que mis pinturas sean más verdaderas”, declaró el pintor, quien durante 17 años impartió clases en la Escuela de Pintura Rubén Herrera.
Con obras que pintan y retratan escenas actuales de la ciudad como sus atardeceres que caen plácidamente sobre los monumentos arquitectónicos como el Mercado Juárez, el Ateneo Fuente; el acto de capitulación del guerrero Zapalinamé y la figura de Alberto del Canto sobre su caballo, el artista agradece con estas pinturas a la ciudad que “le ha dado todo”.
“Siento que uno siempre tiene que ser agradecido. Ya sea con las personas que lo han ayudado o con la ciudad en la que nació. Amo la ciudad y por eso la pinto para que quede en un futuro: porque cuando uno quiere algo, nunca quiere que se le olvide”, comentó emocionado López.
DE TOROS Y DE MANCHAS
Además de la capital coahuilense, el artista tiene tres temas centrales en sus óleos: la tauromaquia, las escenas religiosas y el máximo personaje que ha salido de las letras españolas, El Quijote de la Mancha.
“Se puede decir que soy un pintor taurino porque así me conocen muchas personas. Me gustan los toros, tanto los animales como las corridas. Me parece que los toreros hombres valientes dignos de pintar, así como recordar sus hazañas”, declaró López, que en otro tiempo también fue periodista.
Al relatar la anécdota, el pintor mostró con orgullo la pintura de un toro azul enorme, obra que pronto se irá a Aguascalientes, gracias a la compra de una cliente.
Guillermo López se declara también un amante de la disciplina pictórica, la cual se enriquece más y más con cada año que pasa. Sus nuevas experiencias “marcan una nueva pincelada que dar” a su vida, la cual afecta directamente a su pintura.
“Me gusta pintar paisajes y escenas, así ya tengo la idea o el concepto claro. No siempre es fácil pero para eso uno trabaja. Pintar es como escribir poesía: uno tiene una idea y deja una marca, o una letra, y a partir de ahí crecerá para terminar siendo una obra de arte”, finalizó.
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