Saltillo, Coahuila.- En las entrañas del Congreso de Nuevo León se libra una batalla para ampliar la legítima defensa a los ciudadanos afectados por la incontrolable ola de robos a casa-habitación y negocios.

Los diputados locales discuten modificar el Artículo 17 con proyecto de decreto para regular el propósito de la legítima defensa, donde los propietarios de un comercio o casa podrían privar de la vida a un ladrón sin comprobar que estuviera armado o que hubiera cometido un daño.

Anteriormente, el afectado en caso de asesinar a un intruso tenía que reunir pruebas para comprobar que estaba armado el delincuente o había cometido un daño en la propiedad.

Además, existe una laguna que aprovechan algunos abogados de los delincuentes, donde en tribunales alegan el exceso de legítima defensa ante un juez, y eso perjudica al dueño de un inmueble.

Pero ahora con el simple hecho de que un intruso ingresara a un domicilio o negocio sin el consentimiento del propietario, lo favorecería la legítima defensa, pues tendría la facultad de privar de la vida con cualquier arma a la persona desconocida.

¿Licencia para matar?

La incontrolable ola de robos a casa-habitación y negocios obligó a diputados del Congreso a buscar reformar el Código Penal del Estado de Nuevo León para ampliar la legítima defensa a los afectados de uno de estos delitos.

Se trata de modificar el Artículo 17 con proyecto de decreto para regular el propósito de la legítima defensa, donde los propietarios de un comercio o casa podrán privar de la vida a un ladrón sin comprobar que éste estaba armado o habría cometido un daño.

“Favorecerá al que causare cualquier daño, lesión o prive de la vida a otro, a quien encuentre dentro de su hogar; en la que se encuentra su familia, aún cuando no sea su hogar habitual.

“(O) en un algún hogar ajeno que aquel tenga obligaciones de defenderla, en el local en que aquel tenga sus bienes o donde se encuentren bienes ajenos que tengan la obligación legal de defender, y el intruso ejerza violencia sobre personas o sobre las cosas que en tales sitios se hallen”, cita el dictamen en poder de Reporte Índigo.

Ahora, además se contempla que no sea considerado como homicidio, sino privar de la vida, pero siempre y cuando esté dentro del rango de las justificaciones establecidas en el capítulo “causas de justificación”.

Pero sí será considerado como posible delito cuando se pruebe alguna de las circunstancias siguientes: “Que el agredido provocó la agresión, dando causa inmediata y suficiente para ella, que previo a la agresión pudo fácilmente evitarla por otros medios legales.

“Que no hubo necesidad racional del medio empleado en la defensa y que el daño que iba causar el agresor era fácilmente reparable después por medios legales o era notoriamente de poca importancia comparado con el que causó la defensa”, señala la modificación.

Robos comunes: un problema agudo

El robo a casa-habitación y negocio ha sido una constante en el área metropolitana, pues las cifras oficiales de la Procuraduría General de Justicia indican que estos dos delitos están en números rojos.

Y aunque se ha intentado abatir este delito, los esfuerzos de las diferentes corporaciones policiales no han sido suficientes, motivo por el cual el Congreso pretende que los dueños de residencias y comercios tengan una defensa legal.

Municipios como Apodaca, Escobedo, Guadalupe, San Nicolás y Santa Catarina, entre otros de la zona rural presentan número rojos en estos delitos, señala el Semáforo del Delito.

Tan sólo en marzo de este año, en Nuevo León se tiene registrado un total de 310 robos a casa y 290 a negocio, en algunas ocasiones ha terminado con la muerte del dueño del establecimiento o residencia.

Tal es el caso de don Leonel Cruz Clemente, quien fue asesinado por un delincuente después de haber sido víctima en cinco ocasiones de los ladrones en su tienda de abarrotes en Apodaca.

El comerciante de 50 años se enfrentó sin un arma contra dos asaltantes, y uno de ellos lo asesinó de dos cuchilladas. Uno de ellos tenía sometida a su suegra con una pistola, y al intentar quitarle la pistola, el otro lo acuchilló.

Los hechos ocurrieron en el negocio “Qué Barato” ubicado en el cruce de las calles Martin Luther King y Azafrán, en la colonia Los Amarantos.

Estas historias podrían cambiar de rumbo en caso que se apruebe ampliar la legítima defensa en el Congreso local, donde probablemente don Leonel pudo defenderse de una manera mejor.