El Mundo | Japón.- El gobierno japonés liderado por Shinzo Abe prepara la abdicación del emperador Akihito, de 83 años de edad, para principios de 2019, según filtraron a la prensa local varias fuentes oficiales.

La renuncia de Akihito constituiría un hecho inédito en el llamado Trono del Crisantemo en los últimos dos siglos. La última vez que se produjo fue cuando el entonces soberano Kokaku dejó el puesto a su hijo Ninko en 1817, anticipándose al relevo que se podría producir ahora entre el actual titular del cargo y su vástago, el príncipe Naruhito, que se convertiría en el emperador número 126 de esta larga dinastía.

El propio Akihito había solicitado tal decisión en agosto, en un discurso en el que expresó su preocupación por su edad y la posibilidad de que un súbito empeoramiento de su salud le impidiera cumplir con sus funciones oficiales.”Me preocupa que me resulte difícil llevar a cabo mis tareas oficiales como símbolo del estado con todo mi cuerpo y mi alma, como he estado haciendo hasta ahora”, aseguró el jefe de estado nipón, que en el pasado superó un cáncer de próstata y tuvo que someterse a una operación para implantarle un bypass en el corazón.

Akihito volvió a referirse al mismo asunto con motivo de su 83 cumpleaños, que se celebró el pasado 23 de diciembre, cuando expresó su gratitud a “las personas que han escuchado mis palabras y las están evaluando desde sus respectivos cargos”.

Una encuesta realizada por la Casa Real en noviembre demostró que el 90% de la población apoyaba la determinación del soberano.

Tras la primera alocución, Abe aceptó crear un grupo de media docena de expertos en septiembre que se pronunciaron a favor de la renuncia al trono -algo que no está contemplado en la constitución local- a finales de 2016 y presentarán un informe sobre dicha propuesta en las próximas jornadas.

Uno de los integrantes de este grupo, el profesor Takashi Mikuriya, explicó al diario ‘Mainichi’ en ese mismo mes que “la abdicación debe ser promovida de forma activa” por medio de una ley especial que sólo afecte al caso personal de Akihito.

Mikuriya desestimó la posibilidad de que la abdicación se convierta en una ley general y también que el panel de expertos dictamine sobre la posibilidad de que el trono pueda ser ocupado por una fémina.

Según los medios japoneses, la intención de Abe es que el inicio de la nueva era haga coincidir los dos calendarios por los que se rige la nación asiática: el gregoriano y el que hace alusión a cada emperador. Así, el actual reinado Heisei -que significa “consiguiendo la paz”- daría paso al siguiente el día 1 de 2019.

Una fuente de la oficina de Shinzo Abe citada por Nikkei reconoció que realizar tal cambio a mediados del año gregoriano generaría una enorme confusión y tendría “un gran impacto en la vida de los ciudadanos”.