Saltillo, Coah.- La Pampa Imposible (Literatura Random House, 2017) es un lugar imaginario, es también la novela más reciente de David Miklos. La obra narra una historia sobre los recuerdos del amor, las amistades de infancia y las relaciones familiares que se mezclan en un ir y venir del pasado al presente, como si fuera un juego de olas marinas que borran las líneas de arena en la memoria.

Dividida en tres tiempos, la novela narra la caída de un avión de pasajeros, la vida en familia, los amigos infantiles y el despertar de la sexualidad. Recuerdos que llevan al personaje principal, años después, a buscar lo que lo hace ser él mismo, mientras se mueve, perdido, en una geografía no definida.

“Para escribir la novela primero me llega la idea de la aventura infantil, en donde dos hermanos llegan a la ‘la pampa imposible’, una estancia en las afueras de una ciudad donde el padre (del personaje) se siente libre, pues es un territorio alejado de todo que lo remite a su origen. Y por otro lado está la desaparición de un avión en medio del mar y la imposibilidad de encontrar la caja negra de ese avión. Mezclando estas dos ideas, y estos dos eventos en la vida del personaje, nace la novela.

“Lo que quiero narrar es justamente la búsqueda de una caja negra, pero personal e íntima. La caja negra de un personaje que está anclado al presente y que descubre que hay muchas claves de esta actualidad en su pasado. La novela es la búsqueda de una caja negra de memorias”, comentó Miklos en entrevista con Zócalo.

Los personajes que Miklos dibuja en sus libros son seres normales, cuya vida, en apariencia pacífica, detona grandes narraciones, ya sea por el erotismo que derraman o por la potencia de su psique para recrear el pasado que vivieron.

“La memoria siempre nos obliga a narrar de manera no verdadera, pero sí verosímil. Cuando contamos nuestra propia historia hay elementos que desconocemos y hay mucha diferencia de lo supuesto a lo que realmente sucedió. Pero si uno se pone a abrir la memoria en canal va encontrando muchas cosas, y es muy emocionante hacer una historia a partir de lo más cotidiano”, declaró el autor de Brama.

CICLO Y REPETICIÓN

La prosa que utiliza el autor en su libro es repetitiva y cíclica, casi caleidoscópica; prosa que lleva al lector a una atmósfera parecida a un sueño en el cual la memoria fluye como un río y los recuerdos son una presa que detiene al tiempo.

“Justamente la búsqueda es rescatar este estatismo sobre el cómo hay cosas que se mueven alrededor de nosotros, en donde el mundo está funcionando, pero siempre hay un personaje que está olvidándose de este movimiento. Es un rescate de la idea de cómo es muy difícil percibir el paso del tiempo en uno mismo aunque el tiempo sigue pasando, ya que uno crece, y vive. Esa es la búsqueda del libro”, explicó el narrrador.

Esta escritura plagada de pequeñas señales que van y vienen por medio de la narración son las que disparan los recuerdos que unen las tres líneas temporales que componen el relato y les dan cohesión, además de servir como guía para evitar perderse en el laberinto de la memoria.

“Para escribir parto de imágenes, las cuales ato como si fueran sogas, en donde cada una de estas imágenes corresponda a un tramo, los cuales voy hilando como si fuera un álbum de fotografías en el que aparecieran los tres tiempos familiares, donde se puedan ver la relación de similitudes y diferencias entre estos recuerdos.

“Intento que cada línea sea como un retrato en donde puedes ver una fotografía vieja y ya vencida por la luz y a su lado otro retrato más fresco y otro completamente contemporáneo. Creo que la narración es transmitir todo a través de la imagen de ciertos elementos que corresponden a cada línea temporal para el lector”, explicó.

HISTORIA Y LITERATURA

Además de ser narrador, David Miklos es el editor de la revista de historia ISTOR, que compagina con su labor como profesor asociado de la División de Historia en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Esta pasión por la historia ha hecho que Miklos vea un poder narrativo dentro de los hechos universales que ocurren con el tiempo, dando así una fábula en donde el detonante que los convertirán en literatura será la forma en que se mezclen los hechos y la ficción.

“La historia es literatura porque siempre cuenta algo más allá del simple hecho de hacer una simple cronología de acontecimientos. Justamente lo que yo hago es buscar el puente entre historia y literatura o historia y ficción y ver en dónde se encuentran y cómo se benefician la una de la otra. Pensar en cómo se sirven las dos partes opuestas que son la historia y la ficción para concebir una narrativa.

“Ahora trabajo en el puente que une a la historia y la literatura en mi actual trabajo del CIDE y el cómo una obra te lleva a entender el flujo de una idea o de un hecho a lo largo de los siglos, pero todo a partir de la microhistoria, de lo íntimo, de lo microscópico, de la historia personal. Eso es lo que quisiera hacer más allá de una autobiografía o una obra de autoficción”, finalizó el autor, quien considera que La Pampa Imposible es el cierre de un ciclo en su narrativa, pues planea explorar nuevos temas y estilos.