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Publicado el domingo, 18 de junio del 2017 a las 09:00
Piedras Negras, Coah.- El ser padre es una dicha inconmensurable para el ingeniero Elías Sergio Treviño Earnshaw, quien subraya que el convertirse en papá de cuatro, quienes le dieron otros hijos más, 15 nietos y siete bisnietos, es la máxima experiencia que pudiera tener.
Don Elías Sergio es un ejemplo de un gran padre, comprometido siempre con su familia, a quienes adora.
A sus 86 años de edad destaca que hoy en día es más fácil con toda la comunicación que existe, facilita mucho más el contacto entre los padres e hijos.
La cuestión económica nunca ha sido fácil para los padres, indica y es absolutamente necesario que haya, como siempre ha sido, una dependencia económica de los padres.
“Y que los padres sepan manejar esa dependencia económica, para no pervertir lo que es la amistad del padre con el hijo”, indica.
A don Elías Sergio le emociona mucho hablar de sus hijos, de su familia y comparte que cuando supo que iba a ser papá, fue una sensación muy agradable, donde resalta que es cuando se inicia una relación con los hijos que debe acrecentarse con el tiempo.
“Norma y yo nos habíamos propuesto tener siete hijos, teníamos planeado, pero a la mera hora fueron nomás cuatro”, dice.
“Muy hermosos hijos, tenemos tres hombres y una mujer”, añade.
Es entonces que comparte una de las más bellas anécdotas de su paternidad, cuando, tuvieron a su hija Norma, quien lo escucha con gran emoción y quien lo observa con gran admiración.
Ya habían tenido tres hijos, Sergio, Jorge y Rogelio, pero su esposa doña Normita Galindo de Treviño y él, querían tener una niña.
Así que recuerda que doña Norma ponía a sus tres pequeños niños a rezar al pie de la cama, para pedir a Dios que fuera mujer el hijo que ya esperaban.
“Me acuerdo una cosa que decía Rogelio después, ¿para eso rezamos tanto?”, comparte sonriendo, y es que se desesperaban un poco con su hermanita, que hablaba mucho.
Sin embargo, la unión y el amor que el matrimonio inculcó, los ha hecho forjar lazos muy fuertes.
Recuerda que antes no se podía saber con anticipación qué iba a ser, así que su papá el doctor Elías Treviño Barrera y su mamá la señora Delfina Earnshaw, tenían la Clínica de Maternidad Delfina en el centro y ellos vivían a lado con sus tres hijos.
Al presentarse los dolores de parto y como ya sabían que iba a ser cesárea, por lo que sería ese su ultimo hijo, caminaron a la maternidad con una expectativa inconmensurable.
“Íbamos caminando y deseando que fuera mujer”, indica.
Su papá, quien era ginecólogo y pediatra, tenía una enfermera llamada Minerva Olvera, quien había estado trabajando con sus padres muchos años y estaba muy al pendiente del nacimiento.
“Me dijo yo te aviso, yo estaba en el consultorio de mi papá esperando la voz de Minerva y que oigo la voz “es niña”, ¡qué bárbaro! era un lloradero en todo el hospital”, rememora emocionado.
“Dios nos había concedido una niña, inmediatamente me la trajo ahí mismo y aquí está sentada ahorita y salió muy bien, muy buena hija y todos la quieren mucho y todos la queremos mucho”, indica mientras algunas lágrimas escapan de sus ojos.
Resalta que Dios fue excesivamente bondadoso con su esposa Normita (f) y con él, al darles la maravillosa oportunidad de ser padres de sus cuatro hijos.
Se casaron el 4 de noviembre de 1956 y el 15 de noviembre del 57 fue cuando nació Sergio, luego Jorge 10 meses y medio después, para dar paso al nacimiento de Rogelio en 1960.
Cuando su esposa estaba embarazada de Rogelio, su papá, el doctor Elías Treviño ya se encontraba muy mal de salud y le dijo a su nuera que se moriría antes de que naciera su hijo.
“Yo me voy a morir, ya tengo eso arreglado, entonces me voy a morir antes de que nazca tu hijo, le dijo”, relata.
Normita le dijo que no, que por lo contrario, conocería al tercero de sus nietos y apostaron 100 dólares.
“Mi papá en su cama y Normita bien embarazada, pues sobrevivió mi papá a Rogelio y lo conoció y le dijo a Rogelio, me ganaste la apuesta”, comparte.
“Le dice a Fina mi mamá, oye mi enfermera mayor, dale los 100 dólares a Normita, ya se los ganó”, agrega.
Rogelio nació el 3 de octubre y el doctor Treviño Barrera falleció el 17 de octubre.
La nostalgia invade a don Elías Sergio y enfatiza que aún extraña mucho a su papá, quien fue su ejemplo a seguir como padre, por lo que cada año en conmemoración de su vida, le hace una misa.
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