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Por Agencias
Publicado el miércoles, 16 de agosto del 2017 a las 15:10
The Huffington Post | Ciudad de México.- Cuando iniciaron las primeras negociaciones formales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el 5 de febrero de 1991, México no llegó tan bien parado: el país venía de una década caracterizada por el proteccionismo, y al ser una economía menos desarrollada que sus potenciales socios, debía convencerlos de que el acuerdo que iban a discutir los favorecería a todos.
Ante este escenario, la administración de Carlos Salinas de Gortari conformó a un equipo mexicano de negociadores del cual formaron parte Jaime Serra Puche, entonces secretario de Comercio y Fomento Industrial y quien dirigió las negociaciones e implementación del TLCAN, y Jaime Zabludovsky, quien en 1994 se convirtió en subsecretario de las negociaciones comerciales internacionales.
A 26 años desde aquellas primeras negociaciones, ambos especialistas hablaron con el HuffPost México sobre las cartas de los tres países en las negociaciones de un acuerdo comercial.
Un México más fuerte
A diferencia de los años 90, hoy México es el segundo socio comercial de Estados Unidos y ha mostrado una gran apertura con acciones como la reforma energética. Además, los papeles parecieran haberse revertido, pues desde la administración del presidente Donald Trump, en EU ronda el fantasma del proteccionismo económico.
Esto supone un problema para los tres países, debido a que, a decir de Jaime Serra Puche, actualmente la competencia comercial no es entre países, sino entre regiones, y la de América del Norte es una que, considera, se ha integrado muy efectivamente, con gran competitividad.
“Podemos buscar medidas adicionales para hacer competitiva a la región frente a otras regiones del mundo. Si metemos obstáculos proteccionistas al interior de la región, perderemos competitividad frente a otras”, dijo Serra Puche.
La administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido criticada por sus detractores por mostrar una postura proteccionista en torno al comercio internacional.
“Creo que sí se puede lograr un acuerdo que haga más competitiva a la región, tomando en cuenta que hay que ser competitivo frente a otras regiones del mundo”, dijo Serra Puche.
Otra de las diferencias más destacables entre la negociación de los 90 y de ahora, refirió el especialista, es que en aquél entonces los tres países tenían el mismo objetivo: llegar a un tratado de libre comercio en América del Norte.
“Hoy, desafortunadamente, los objetivos no están tan alineados como en aquél entonces”, explicó.
Fortalezas y debilidades
En este tipo de negociaciones, refirió Jaime Zabludovsky Kuper, cada país tiene intereses que se pueden calificar como ofensivos y defensivos, y en el caso particular del TLCAN, hay cartas que han estado sobre la mesa durante mucho tiempo, y otras que no se habían tocado.
“Desde hace mucho tiempo, (lo que está en juego) es toda la protección a la propiedad intelectual, que tiene la dimensión farmacéutica, y toda la parte de patente, sobre todo en medicamentos biológicos que no existían hace 20 años”, detalló el especialista. Esto podría ser una carta ofensiva de todos los frentes.
Los derechos de autor también estarían sobre la mesa, según el especialista. Específicamente todo lo relacionado con el contenido cinematográfico y audiovisual, así como el rubro de patentes; el desarrollo de investigación y de software, que es de particular interés para Estados Unidos.
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Otro de los temas protagónicos de las negociaciones es el comercio electrónico, que hace 20 años no había que discutir, y que en la actualidad cobra relevancia para Estados Unidos, dado que las principales empresas de este giro a nivel mundial son estadounidenses.
Para Canadá, Jaime Zabludovsky Kuper refirió que existe un interés ofensivo de abrir el sector de lácteos y agrícola de Canadá que ha estado cerrado, y que no se ha podido abrir en el reciente acuerdo bilateral entre ambos países.
“Para Canadá es un interés defensivo porque es un sector que ha protegido durante mucho tiempo”, dijo.
El tema controversial podría ser el capítulo 19 del Tratado, que tiene que ver con la solución de controversias antidumping, una medida para evitar que se dañe la competitividad al cuidar los precios de mercado, así como los puestos compensatorios.
“Este apartado es muy importante para México, pero sobre todo para Canadá, porque fue una de las concesiones más importantes que obtuvo de Estados Unidos en su negociación entre 1985 y 1986 y Estados Unidos ha tenido la intención de quitarlo”, dijo.
En México, la novedad será hablar del sector energético, debido a que sólo hasta la reforma energética se ha podido abrir a la inversión extranjera.
“En los 90 todo el sector energético estaba en manos del Estado, entonces había una restricción constitucional que no permitía hacer una negociación más ambiciosa en materia de energía, cosa que cambia ahora que por la reforma energética mexicana, es un tema que puede estar sobre la mesa”, indicó Jaime Serra Puche.
En esa época, el principal reto para la negociación al que se enfrentaba la delegación mexicana, según Jaime Zabludovsky Kuper, fue la inexperiencia.
“No teníamos experiencia de negociadores. Había un par de personas que habían participado en las negociaciones de Iraq, y gente de la Secretaría de Comercio, pero México no tenía un equipo negociador”, recuerda.
Las sorpresas
A pesar de que cada país tiene muy bien definida su agenda, lo que desconcierta a los especialistas es que pueda haber sorpresas por parte de la delegación de negociación estadounidense.
“Esta no es una negociación que nosotros iniciamos; comienza porque Estados Unidos tiene la inquietud de que el Tratado no ha funcionado, y ha amenazado con salirse, una inquietud, desde mi punto de vista, que es muy injustificada, totalmente sin fundamento, tanto por decir que el tratado no ha funcionado, como porque una de las partes se ha beneficiado más que la otra”, consideró Jaime Zabludovsky Kuper.
¿Qué es lo que debería buscarse? En términos generales, el doctor Serra Puche considera que el gran logro del tratado fue que México pasó de una relación con Estados Unidos basado totalmente en medidas de managed trade, donde hay cuotas, límites y fijaciones de precio, etcétera, a un tratado basado en reglas. “Eso es lo que ocurrió con el TLCAN y por eso tuvo éxito”, dijo.
Por ello, agregó, si alguna de las partes quiere dejar de tener un acuerdo basado en reglas e irse a un managed trade, consideró que sería algo inaceptable. “Mi recomendación es conservar y lograr que se conserve el tratado con la apertura que ha logrado, con las ganancias, eficiencia y competitividad que ha ganado, y asegurarse que es un tratado basado en reglas y no un tratado con comercio administrado”.
Primera negociación es clave
La primera reunión formal en un tratado de este tipo es muy importante y simbólica, coinciden los ex funcionarios públicos, debido a que se deben definir los principios de la negociación, en cuanto a los distintos tipos de temas, y los tiempos, para evitar que las pláticas se alarguen por malos entendidos o desacuerdos.
A los países miembros les tomó tres años concretar el TLCAN, de 1991 cuando iniciaron las primeras negociaciones hasta la firma del tratado en enero de 1994. Hoy inicia la primera ronda de pláticas para modernizar el tratado en lo que podría ser un largo proceso rumbo a un nuevo Tratado de Libre Comercio.
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