Pakistán.- El Ejército paquistaní informó este jueves que liberó al canadiense Joshua Boyle, a su esposa estadunidense Caitlan Coleman y a sus tres hijos.

Lo anterior tras recibir información de Estados Unidos de que habían sido transferidos a Pakistán desde Afganistán, donde fueron secuestrados por los talibanes en 2012.

Boyle y Coleman fueron raptados en Afganistán, adonde habían viajado como parte de un recorrido por varias exrepúblicas soviéticas centroasiáticas, entre ellas Uzbekistán, Kirguizistán y Tayikistán.

La última vez que los padres de Coleman recibieron un mensaje de la pareja fue el 8 de octubre del 2012, cuando dijeron estar en un cibercafé en una zona “insegura” de Afganistán.

Coleman estaba embarazada cuando fue secuestrada y la pareja tuvo otros dos hijos en cautiverio.

“Todos los rehenes han sido recuperados sanos y salvos y serán repatriados a su país de origen”, indicó en un comunicado la oficina de comunicación militar paquistaní (ISPR por sus siglas en inglés).

Los militares afirmaron que la inteligencia estadounidense les informó de que los secuestrados habían sido trasladados a territorio paquistaní el 11 de octubre a través de la zona tribal de Khurram, fronteriza con Afganistán.

“El éxito subraya la importancia de compartir inteligencia y el compromiso de Pakistán en la lucha contra esta amenaza a través de la cooperación entre las dos fuerzas (estadunidenses y paquistaníes) contra el enemigo común”, aseguró el ISPR.

Pakistán, en tanto, mostró el éxito de la operación como una prueba de la fortaleza de la alianza.

Los talibanes publicaron en diciembre de 2016 un video de la pareja acompañada por tres de sus hijos nacidos en cautiverio, en el que pedían ayuda al todavía presidente de EU, Barack Obama, y a su sucesor, Donald Trump.

“Hoy es 3 de diciembre de 2016. Hemos esperado desde 2012 para que alguien entienda nuestros problemas (…..) Pedimos que rápido, en nuestro cuarto año de prisión, se alcance un acuerdo para que obtengamos la libertad”, aseguró entonces Coleman en la grabación.

La estadunidense pedía a Obama que, sabedora de la importancia que éste daba a su legado, diera a sus captores alguna de sus reclamaciones para que pudieran abandonar la región de manera permanente y a Trump le solicitaba que les entregara dinero.

Por su parte, el canadiense Boyle rogaba a los servicios exteriores de Canadá y Estados Unidos que, por el bien de sus hijos, atendieran las demandas de los talibanes.

“A lo mejor piensan que mi familia se podría ir de aquí si quisiéramos, pero sólo podemos prometer que no podemos. Probablemente subestiman la ignorancia y arrogancia de esta gente”, subrayaba entonces el canadiense.