Arte
Por Christian García
Publicado el martes, 30 de mayo del 2017 a las 09:05
Saltillo, Coahuila.- El erotismo y la muerte van de la mano en La Hora Ciega (Tusquets, 2017), la reciente novela del escritor y catedrático Juvenal Acosta, cuyas páginas supuran el crimen, la pasión y el ambiente del profundo sur estadunidense de Nueva Orleans.
La Hora Ciega narra la historia de Julián, un profesor de universidad quien después de los eventos que sucedieron en las novelas anteriores ha mantenido un único vínculo, una mujer que se llama La Condesa. La obra parte de la narración típica de la novela negra para ahondar en temas sobre la vida del ser humano.
“La novela entra en un juego de rasgos clásicos de la novela policiaca, pero en algún momento me salgo de ellos y comienzo a narrar otras historias; trato temas distintos a los del género. El ambiente erótico, en cambio es una unión con la novela de Cazador de Tatuajes; esto me abre la puerta para tratar temas filosóficos y éticos, distintivos de la vida del ser humano como animal sexual.
“A lo largo de la novela hay vínculos con las dos novelas anteriores en la que los puntos de enlace son los temas que se han tratado en ellas y que son una invitación a descubrir la vida erótica y sexual de los personajes que se mueven en la novela”, comentó Acosta en entrevista con Zócalo.
EL GÉNERO Y LA SOCIEDAD
El género negro se ha cultivado con gran éxito por autores mexicanos, ya que el México criminal es algo que se vive diariamente; estos mosaicos de violencia conforman un panorama de delincuencia, en donde el único fin posible es la investigación policiaca.
“En México hay una tradición muy sólida de la novela negra y creo que no es sólo el periodo de violencia por el que puede estar pasando el país, es lo que influye, también la cercanía de los temas a tratar, que es algo que nos afecta. Creo que el asesinato de Javier Valdez es un ejemplo de lo que hablo, ya que a través de él se ve que de una u otra manera todos los mexicanos nos hemos visto afectados por la violencia”, dijo el autor.
La Hora Ciega habla sobre crímenes y pasiones en Nueva Orleans, pero qué hay de estos tabúes en el país natal del autor, se le pregunta al escritor. Los tiempos de gran violencia han tenido un giro extraño dentro de la sociedad.
“En lugares como México han empeorado los tabúes y las prohibiciones; en México el tabú del asesinato y su prohibición es casi contraria, es más una invitación a matar. La violencia que existe en distintos estados del país es una prueba de que el tabú no funciona, de que puede más el interés comercial. Puede más el negocio que el tabú, ya sea cultural o religioso. El tabú no sirve si hay una motivación más grande para transgredirlo”, comentó el escritor.
El género negro es el medio ideal para plantear una metáfora sobre la sociedad que conoce el autor y la que escribe en su obra. Un crimen puede servir para señalar todo lo que está mal en ella, pero también es uno de los llamados ‘subgéneros’ que luchan por ser considerada alta literatura.
“Un asesinato o una investigación policial pueden generar un estudio o una opinión sobre la sociedad en la cual el crimen fue cometido. Espero que lleguemos a un punto en el que se toquen más de cerca la novela literaria con la novela negra, como pasa en Europa, y a la cual el talento y la curiosidad de los escritores mexicanos ha hecho que nos acerquemos a ella”, explicó.
VIOLENCIA Y EROTISMO
Son estas pasiones las que demuestran el lado más primitivo del ser humano; emociones que Juvenal Acosta describe y dibuja en sus personajes para enfrentarnos a nuestro ser más animal, en donde la muerte y la sexualidad se unen, como decía el pensador francés Georges Bataille.
“Creo que el punto de vista de Bataille es válido para muchos, pero no para todos; para él cualquier actividad humana desde el principio de los tiempos termina en una sublimación erótica. Según Bataille nosotros inventamos las instituciones, como la familia, la Iglesia y el Gobierno solamente para no estar matándonos y fornicando siempre, pues el centro de la vida humana es la supervivencia y la reproducción.
“Yo pienso que no hemos cambiado mucho, en el fondo somos la misma especie que habitaba las cuevas y las cavernas, seguimos siendo lo mismo por mucho que ahora tengamos autos, tecnología y edificios. Nuestros instintos primarios siguen siendo lo mismo”, declaró el también profesor.
Georges Bataille creaba en sus obras un ambiente erótico a través de la transgresión y la violencia de un ser ante el otro. Acosta no cree que su pensamiento se vea influido por Bataille pero que su narrativa y personajes sí lo han hecho.
“En lo personal no me veo influenciado por la idea de Bataille, pero mi novela sí, aunque hay dos cosas diferentes, ya que hay cosas que me interesa explorar en mi narrativa y la otra es lo que vivo en mi vida diaria. Pero como tema literario me interesa muchísimo la creación de personajes como Julián y también la perversión. Estos personajes son seres que viven vinculados a las ideas de Bataille”, finalizó el escritor.
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