Saltillo|Monclova|Piedras Negras|Acuña|Carbonífera|TorreónEdición Impresa
Alerta Cofepris por falso medicamento para cáncer de mama y VIH Se confirma la presencia de Tigres en la Concachampions Femenil México es muchísimo más peligroso que hace 18 años: Amnistía Internacional Incendio consume corralón en Veracruz Amon-Ra St. Brown renueva su contrato con los Detroit Lions por 120 MDD

Zócalo

|

Deportes

|

Información

< Deportes

Deportes

‘Mi discapacidad no es un impedimento’

Por Gerardo Alvarado

Publicado el miércoles, 30 de agosto del 2017 a las 10:05


El fondista saltillense, además del esfuerzo físico, tuvo que vencer obstáculos sociales para cumplir sus sueños, uno de ellos

Saltillo, Coah.- La vista de Francisco Javier Estrada Alvarado “es traicionera”, lo ha abandonado con el paso de los años de a poco y un día, quizá algún día, cuando se esconda el sol en el horizonte esa sea la última vez que él vea el ocaso.

Las puertas al trabajo se le han cerrado por eso mismo, porque una discapacidad que no es impedimento para él, sí lo es para los demás quienes no han visto lo que “El Rayo” vale, pues es un diamante en bruto que ha comenzado a pulirse con sus otros sentidos.

El brillo de Francisco Javier como deportista es más grande que el sentido de la vista, porque a pesar de que ya casi no ve en uno de sus ojos y en otro su visión periférica es prácticamente nula, ha hecho de la oscuridad su aliada, porque ve a través de los ojos de otras personas.

Con un antifaz naranja cubriendo sus ojos, bañado en sudor, levantándose tras una caída, recuperándose paso a paso de un calambre, es como Estrada Alvarado demostró al mundo, al país, a su tierra Saltillo que no es necesario ver con los ojos, sino con el corazón.

Ganador del Maratón de la Ciudad de México en la categoría Ciegos y Débiles Visuales, Francisco Javier, siempre sonriente, platicó con Zócalo Saltillo de su experiencia de correr a oscuras, teniendo de guía a otro gran atleta, Carlos Urquidi, a su lado, porque nunca lo dejó, y cuando vio que cayó, fue el primero en levantarlo, y cuando quiso ceder, fue el primero en alentarlo para hacer lo que pocos: correr 42 kilómetros sin ver.

“Lo más difícil para mí fueron los últimos 5 kilómetros, ahí sí ya fue con el corazón, la mentalidad y las piernas, yo sentía que no llegaba”. Y en efecto, el corazón de Francisco Javier Estrada fue un motor que lo impulsó a cruzar la meta, mientras sus ojos fueron los de Carlos Urquidi Galaz, su fortaleza, su familia y los que creyeron en él, sus piernas ese deseo desde las entrañas de lograr el objetivo: ganar, en lo que hoy se puede considerar misión cumplida.

En la imagen por televisión Urquidi apunta con el dedo a Estrada antes de cruzar la meta por el triunfo de este, aunque es compartido, porque pocos, sólo muy pocos se atreven a ser guías, y también por eso que al ingresar los dos levantan los brazos y apuntan con su dedos al cielo, para después fundirse en una abrazo con un cansancio visible, pero con una sonrisa que opaca cualquier gota de sudor, el desgaste de los músculos, porque es el resultado del éxito.

Ni siquiera una caída en el kilómetro 30 evitó a estos dos hombres ser los conquistadores del Maratón de la Ciudad de México, porque Francisco Javier se levantó y no hubo nada ni nadie que pudiera
detenerlo.

SUS INICIOS

Estrada Alvarado comenzó a correr a los 22 años porque un compañero de trabajo lo invitó. A pesar de no contar con recursos, no saber nada del atletismo, ni siquiera contar con unas zapatillas deportivas, “El Rayo”, aceptó el reto.

“Le dije, ‘no tengo tenis, no tengo nada, estoy en una situación difícil’. ‘No te preocupes, nosotros te ayudamos, te damos uniforme, te damos lo que se pueda’, me contestó. Era el 15K del GIS, recuerdo que era ese, yo no sabía que eran 15 kilómetros, pensaba que era aquí a la vuelta. Faltando semanas me la llevo tranquilo, total se dio, corrí, el tiempo, para los que conocían de esto, para ellos era un buen tiempo, 53 minutos, y de ahí empezó mi carrera”.

Tras ese primer paso vinieron muchas más carreras con los años, tanto en la entidad como fuera de ella, uniéndose con el tiempo a las filas de José Luis Araiza, su entrenador hasta el momento. Después, debido a que su discapacidad es visual y progresiva, porque con el ojo derecho ve muy poco y con el izquierdo tiene campo visual limitado, fue recibiendo consejos para entrar al deporte paralímpico. Ahí conoció lo que hoy le ha traído nuevos retos y metas.

“Como no hay asociación en Coahuila tuve que ir a México. De ahí un selectivo que fue aquel para Londres, no me fue bien, no se dio la marca, pero fui conociendo el deporte adaptado para nosotros, y en 2015 fui al abierto que daba el paso al Panamericano, y luego se dio la marca para ese evento, batallé poco, por los apoyos se batalló, pero hice unas carreras, saqué para los camiones y fui, di la marca y me mandaron hablar que me fuera a concentrar al Paralímpico, todo 2015 estuve allá compitiendo, en el Mundial de Korea obtuve el cuarto lugar en mil 500 metros planos con tiempo de 4:02 minutos, después corrí 5 mil metros, se me dio la posibilidad de ganarla con 15:32 y en mismo evento corrí 10 mil metros y también lo gané. En Panamericano quedé segundo lugar, se me dio el pase a Qatar y me fue un poco mal, andaba un poco cansado, el tiempo, la temperatura, el calor, se me complicó mucho, quedé como en el octavo”.

La trayectoria de Francisco Javier Estrada es amplia en el atletismo, pero corta en el sentido de representar a su país, aunque logró buenos resultados, que le valieron para unas cuantas becas que hoy ya no tiene, debido a que en el último año no recibió ningún apoyo del Inedec y eso ha provocado perder competencias clasificatorias para ser considerado con el equipo nacional.

Su situación actual es complicada, no encuentra trabajo por su discapacidad, no recibe apoyo estatal, se mantiene con las carreras que gana pero no son suficientes, aunque de no obtener ningún apoyo, ya está en la mira de Nuevo León y Guadalajara, quienes le han hecho propuestas con becas y es posible, de no recibir apoyo, irse para asegurar un ciclo Olímpico de Tokio sin complicaciones.

“Lo más difícil son los eventos selectivos, ha sido difícil por los apoyos económicos, no me han ayudado, pero no soy de andar peleando, tenemos que salir nosotros adelante. Gracias a mis compañeros de atletismo, a amigos personales, a mi familia que me ha apoyado y gracias a Dios hemos salido adelante”, dice Francisco Javier, quien agrega que su discapacidad para él no es ni será un
obstáculo.

“No tengo obstáculos, mi discapacidad no es un impedimento para mí, día con día salgo adelante, esforzándome de toda la vida, soy una persona normal, trato de estar al día con toda la gente”.

DiSCRIMINADO

“El Rayo”, a pesar de que puede ver usa antifaz y guía por su discapacidad, pero eso no ha evitado que las personas que no conocen de esto lo discriminen o hablan mal de él.

“Me he topado con gente que, como habla bien de mí habla mal, hay gente que no conoce el deporte adaptado de ciegos y débiles visuales, no soy una persona totalmente ciega, tengo un rango de visión, estoy en la categoría B12. Mejor no hablen los que no saben, que se acerquen conmigo, porque voy corriendo y me dicen ¡‘suéltalo’! (al guía), hay gente que me apoya, otra no sabe, el antifaz es igual como una persona ciega, se me hace muy difícil porque tengo la visión y te pones el antifaz y es difícil. Vamos echándole ganas, conociendo personas en México para mi preparación porque constantemente estoy perdiendo la vista y con el tiempo voy a quedar, quizá, totalmente ciego”.

EL PRIMERO

Un recuerdo que lleva muy profundo, y que es de orgullo, es su primer maratón, el cual iba a abandonar en el kilómetro 30, pues deseaba sólo conocer lo que se sentía, pero terminó mejor de lo que esperaba.

“Mi primer maratón fue el de Lala, como a los 26, tenía ganas de correr un maratón, ‘¿qué hago?’, le pregunté a José Luis Aranza como persona experimentada, ‘mira, es tu primer maratón hazle así, salte en el kilómetro 30’, me dijo, y pensé, ‘pues vamos’. Para ese día me preparé no mucho, poca distancia, y fíjate fue mi mejor experiencia porque la gente, como en el Maratón de la Ciudad de México, con las porras, doctores y abastecimiento es muy padre, mi tiempo fue de 2:37.00 horas en el de Lala, me iba a salir en el 30, pero un juez se acercó y me dijo, ‘vas calificando’, y pues dije, ‘me aguanto’, y en el kilómetro 36 empecé agarrar más paso, a la llegada de las porras, el ambiente, sientes bien padre al llegar a la meta, te levanta el ánimo, es una satisfacción muy bonita”.

MARATÓN CDMX

Tras esa primera experiencia vinieron otras más, en Guadalajara, Mazatlán, hasta este 2017 al correr su cuarto maratón, en donde dejó el corazón a pesar de una caída en el kilómetro 30, contracturas y un calambre en el kilómetro 36.

“Estuve constante, un día antes con Carlos Urquidi platicamos y le dije que ‘las personas con las que vamos a correr son las mismas que de Guadalajara, son personas que son más experimentadas, fuertes’. Planeamos la estrategia y de vamos a hacer esto. Fui constante porque él me dio el ritmo, él me iba diciendo ‘lo traemos tantos metros’ , pero en el kilómetro 20 le dije ‘vámonos, ahora nos toca a nosotros jalar la segunda parte, si se pegan ni modo’. El recorrido fue muy padre, el abastecimiento, la gente, los ánimos, nunca había corrido ese Maratón, sí me habían dicho que estaba difícil, pero para nosotros no es un impedimento, es entrenar, echándole ganas todos los días, la constancia es la misma, el chiste es entrenar, no hay carrera difícil si entrenas.

“El primer incidente fue en el kilómetro 17, el compañero de la Ciudad de México iba adelante, yo a metros de él y casi nos caímos los dos, fue cuando Carlos Urquidi me jaló, fue cuando sentí que se cayó este chavo ahí fue el primero. En el kilómetro 30 recuerdo que ahí íbamos platicando Urquidi y yo y para cuando acordé ya estaba en el suelo, no levanté bien el pie, no sé si por el cansancio o no me concentré, y me caí, me pegué en la rodilla, de ahí, de ese kilómetro, fue difícil para mí la carrera porque de ahí fueron las contracturas.

En el km 36 fue lo más difícil para mí, los últimos 5 kilómetros, ahí sí ya fue con el corazón, la mentalidad y las piernas, yo sentía que no llegaba, pero Urquidi me dijo, ‘tú puedes’, la gente se me fue dando, y pensé ‘estoy del otro lado’, iba pensando en todo lo que me esforcé, lo que sufrí para llegar a este evento, no puedo quedar mal con el compromiso que hice, quería ganar el evento y me fui dando fuerzas y salió”.

Y vaya que le salió, porque Francisco Javier Estrada entró en primer lugar, tras él, con una distancia de unos 800 metros ingresó el segundo, al que debió dejar más lejos, pero una caída aminoró el tramo, no así el deseo, ni el ímpetu, ni mucho menos el cruzar la meta para llenarse de gloria, la que muy pocos conocen o se atreven a tomar el reto de correr 42 kilómetros.

Notas Relacionadas

Más sobre esta sección Más en Deportes

Hace 1 hora

Liverpool cae ante el Everton y se aleja del título de la Premier League

Hace 3 horas

Que siempre sí se queda; Xavi seguirá al frente del Barca, según reportes

Hace 7 horas

Así será el interior del nuevo Camp Nou del Barcelona

Hace 7 horas

Messi, 10 miradas sobre el 10, un estudio global sobre un astro planetario

Hace 7 horas

Pato O’Ward es declarado ganador en St. Petersburgo por descalificaciones al Team Penske en IndyCar

Hace 7 horas

Carlos Alcaraz ya tiene su Fundación, que preside

Hace 7 horas

Nadal: ‘Si no fuera Madrid, no saldría a jugar’

Hace 8 horas

Ferrari cambiará de nombre a partir del Gran Premio de Miami

Hace 8 horas

Contempla Williams despedir a Logan Sargeant después del Gran Premio de Miami

Hace 9 horas

Retiene crimen organizado a cuatro ampáyers de la LMB en Nuevo Laredo durante una hora

Hace 9 horas

NBA Playoffs: Mavs y Pacers ganaron de visitantes

Hace 10 horas

Ferrari tendrá detalles en azul en el Gran Premio de Miami para celebrar sus 70 años en EU