Nacional
Por Agencias
Publicado el lunes, 27 de noviembre del 2017 a las 09:00
Ciudad de México.- Las esposas de Margarito y Pedro Flores, un par de gemelos que son testigos protegidos en Estados Unidos para casos de narcotráfico, cuentan en un libro cómo tenían millones de dólares en efectivo a su disposición.
“Había muros hidráulicos para esconder dinero, como el 007, con millones de dólares. Teníamos un cuarto lleno de dinero, de uno a 2 millones guardados para que los usáramos en nuestros gastos”, afirmaron en una entrevista Olivia y Mia, las parejas de los hermanos Flores.
En el libro titulado Esposas del Cártel, las mujeres narran como parte normal de sus vidas manejar autos de lujos, vivir en penthouses o vacacionar cada semana en Puerto Vallarta.
“Eramos consentidas, comíamos bien, viajábamos, llegamos a tener vacaciones de un mes en la playa”, afirman.
Ascenso y caída
Las mujeres describen una vez que viven en una finca en la cima de una montaña, presuntamente en Jalisco, con sirvientes y una colección de animales que incluían caballos, monos e incluso un cachorro de tigre.
Olivia dice que se codeó con Kanye West en Nueva York mientras intentaba iniciar una carrera musical. Su marido jugaba al basquetbol con el cantante R. Kelly en Chicago, afirma.
Pero el acceso a riquezas y fama inimaginables se evaporó cuando sus maridos se rindieron a los agentes de la DEA, en 2008, y se convirtieron en informantes del Gobierno que siempre despreciaron.
En su apogeo, los gemelos Flores importaron más de una tonelada de cocaína por mes a Chicago y otras ciudades a través de sus conexiones con los cárteles, derivando en enormes cantidades de dinero que se vieron reflejadas en la vida que otorgaban a sus esposas, tanto en México como en Estados Unidos.
“Por el resto de su vida, cada vez que arranquen un automóvil, se estarán preguntando si este arrancará o explotará”, señaló en 2015 el juez de Distrito de EU, Rubén Castillo, durante la sentencia en Chicago a los hermanos Flores.
Sus esposas dicen que cargan con el peso de esa advertencia todos los días. “Vivir con miedo es una maldición. No puedes dormir y saltas de la cama al más mínimo ruido”, escribe Olivia.
El libro proporciona atisbos de la vida en la cima del mundo de las drogas.
Dicen que sus maridos las colmaron de lo mejor: rosas rojas por docenas, un anillo de bodas de diamantes de 10 quilates y escapadas a los resorts de lujo en Puerto Vallarta, Jalisco.
Enamoradas del crimen
Pero también hablan del lado oscuro de la “profesión” de sus maridos. “Nos enamoramos de los delincuentes”, reconocen.
Olivia y Mia plasman en la obra que sus esposos fueron testigos en México de hombres atados a los árboles, desollados vivos, “víctimas de los cárteles salvajes con los que trabajaban”.
La fortuna que los gemelos acumularon, de acuerdo con ellas, era “dinero sucio con un rastro de cuerpos detrás de él”.
“Ninguna de nosotras está tratando de salvar nuestra reputación, sólo queremos abrir una ventana a nuestra cultura, mostrar cómo nos formó y ayudarlos a visualizar una vida que no le desearíamos a nuestros peores enemigos”, explican en el libro.
Las declaraciones de Pedro y Margarito Flores, presos por distribuir droga del cártel de Sinaloa y para los Beltrán Leyva, forman parte de la acusación federal contra Joaquín “El Chapo” Guzmán en Estados Unidos. (Con información de Reforma/Chicago Sun Times)
Dibujan el estereotipo
Los narcocorridos han convertido a estas mujeres, conocidas como “buchonas” en leyenda y en estereotipo al mismo tiempo: atractivas, cabello planchado, labios con colágeno, cejas delineadas, visten ropa de marca y entallada, son delgadas pero con curvas, usan accesorios de diseñador procedentes de Estados Unidos y Europa
Grandes firmas de alta gama tuvieron importantes bajas en sus ventas cuando se exhibió que el narco comenzó a consumirlas. “Antes eran reconocidas como estándares de buen gusto, después fueron estigmatizadas”, afirma el experto en moda y consultor de tendencias, Gustavo Prado.
Existen canciones que las retratan como las mujeres que manejan los coches, mientras sus parejas disparan a sus rivales. Muchas de ellas, partícipes activas o no en la delincuencia organizada, terminan en la cárcel acusadas de narcotráfico o peor aún, asesinadas. (Agencias)
Dispuestas a todo
Las “buchonas” son amantes de la buena vida, los autos lujosos, las armas y el poder. Para conseguirlo están dispuestas a prácticamente todo, así las describe Univisión en un reportaje reciente.
Reinas en redes
Luciendo extravagantes atuendos y presumiendo su peculiar estilo de vida en redes sociales, las “buchonas” ya se han hecho de un lugar en internet. Ya sea por quienes las critican o por quienes las alaban, gozan de alta interacción en sus cuentas de Facebook, Instagram y Twitter. Cada una de estas plataformas las utilizan con fines diferentes.
Protección
Olivia Flores y Mia Flores están bajo protección federal en EU, para evitar entrar en contacto con sicarios del cártel de Sinaloa.
Emma, la reina de ‘el Chapo’
Joaquín Guzmán Loera y Emma Coronel, la tercera esposa del capo, se conocieron cuando ella se convirtió, a los 17 años, en la reina de la Gran Feria del Café y la Guayaba en Durango.
“El Chapo” esperó para casarse con ella hasta que cumpliera la mayoría de edad, en el 2007. Tuvieron dos hijas gemelas, nacidas en Estados Unidos. Ella afirma que su luna de miel fue en un rancho, sin grandes lujos en ese momento, pero desde entonces su figura cambió drásticamente, con evidentes operaciones en el rostro y vistiendo ropa de diseñador.
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