Allende, Coah.- No habían pasado 24 horas de la muerte a balazos entre Arnulfo González y el jefe de los rurales Braulio García, cuando el compositor del pueblo Narciso Zapata Torres, escribió un corrido de 20 estrofas en el que narraba con detalles el trágico hecho del 30 de julio de 1925.

Dicha composición le dio la vuelta al mundo al ser interpretada en varios idiomas en distintos continentes, especialmente en inglés.

Aquí en México fue dada a conocer por Eulalio González “Piporro” en el programa “Siempre en Domingo” de Raúl Velasco para luego ser interpretada con éxito por los Alegres de Terán, Cadetes de Linares, Antonio Aguilar y recientemente por Vicente Fernández, por mencionar a los más famosos.

Narciso Zapata Torres nació en Saltillo, por azares del destino vino a radicar en Allende en donde casó con Antonia Ramírez con quien procreó cinco hijos, entre ellos José Guadalupe Zapata Ramírez, padre del maestro de música Jesús Zapata García, nieto de don Narciso.

El profesor Jesús Zapata compartió con Zócalo la auténtica composición del corrido escrito por su abuelo y la partitura del mismo con sus estribillos, ya que la canción escuchada comercialmente no es la original, además de eliminarle estrofas le modificaron sus versos.

Cuando ocurrieron los hechos que lo inspiraran a escribir el corrido, Narciso tenía aproximadamente 30 años edad, ocho años mayor que Arnulfo, a quien conocía por ser vecino de la misma localidad.

Narciso fue jornalero, realizaba trabajos manuales de todo un poco, era una persona alta, de carácter franco y aunque era algo mal hablado pero tranquilo, era conocido por su talento o facilidad para componer canciones.

“Mi abuelo tenía esa vena musical, esa habilidad que la desahogaba al escribir sobre hechos, situaciones o experiencias de la comunidad; siempre tuvo esa inquietud de escribir y antes de casarse se fue a vivir un tiempo en Cuernavaca, Morelos”.

A su retorno a Allende, poco después ocurrió la tragedia por todos conocida, de la cual no dudó en narrarla por escrito al empezar con la primera frase: “Ya Julio se despidió con 31 días cabales, gratos recuerdos dejó al pueblo y a los rurales….nada que ver con la que se escucha en la radio o en las cantinas al empezar con: “De Allende se despidió a los 21 años cabales”.

De hecho hasta la edad le modificaron para entonarla, puesto que Arnulfo tenía 22 años cuando lo mató el teniente García.

-Qué pasó después con ese corrido, profesor?

“Mi abuelo nunca lo registró, eran esos tiempos en que ni los nacimientos se registraban, menos se pensaba en registrar una canción. El tiempo pasó y prescribió el plazo para los trámites ante autores y compositores en la Ciudad de México.

De ahí en adelante la canción, popularmente interpretada, pasó a ser del dominio público.

Sin embargo, su padre José Guadalupe Zapata, inició los trámites para el registro pero le comunicaron que ya no tenía efecto legal a pesar de las evidencias y testigos de la autoría de don Narciso.

“Más que un afán de lucro por las regalías ante la popularidad que había alcanzado el corrido, lo que mi padre quería era dejar en claro la autoría, ya que el propio Piporro quiso apropiarse la letra y la música, así como el tratar de adjudicar los hechos en Allende, Nuevo León”.

En el mismo programa de Raúl Velasco, el propio Piporro expresó que compuso el corrido por hechos suscitados en Allende, Nuevo León, pero fue desmentido de inmediato, en una llamada en vivo que hiciera el Dr. Y Gral. Jaime Lozano Benavides, para aclarar que este episodio sucedió en Allende, Coahuila y su autor fue Narciso Zapata.

Posteriormente trataron de registrar el corrido los Alegres de Terán y los Cadetes de Linares, con algunas modificaciones a la letra y al arreglo musical, pero la esencia pertenece al corrido original de Narciso Zapata.

Aun en la actualidad, por ignorancia o falta de una cultura de investigación, muchos habitantes de Allende, Nuevo León, juran y perjuran que el corrido se inspiró en esa ciudad neoleonesa.

“Ante esa situación, acompañé a mi papá José Guadalupe Zapata a la Ciudad de México, nos fuimos en el tren coahuilense y luego de tediosos trámites burocráticos, avalados con una acta notarial del licenciado César Cadena Bohme, se registró ante la Asociación de Autores y Compositores como el “Auténtico Corrido de Arnulfo González” de Narciso Zapata, en el año de 1989.

“Lo que se escucha en la radio y en las cantinas no es el corrido original porque está mutilado y modificado”, precisó.

En una de sus últimas estrofas dice: “En Allende hay buenos pollos, y el que no lo quiera creer, nomás no revuelva el agua, porque así la han de beber”.

Ello habla del carácter de la gente en ese tiempo, no se dejaban intimidar con nadie, ni con la misma autoridad.

Igualmente con el caso de Arnulfo González, el nombre del compositor Narciso Zapata ha pasado desapercibido, salvo un pequeño obelisco en el panteón municipal, ningún organismo cultural o vialidad lleva el nombre del considerado primer compositor de Allende y la región.

“No tanto para orgullo de la familia Zapata, sino para orgullo y conocimiento del pueblo de Allende; falta alguna propuesta o iniciativa en ese sentido por parte de las autoridades, para recuerdo y homenaje a quien escribió el corrido que trascendió más allá de México, de lo contrario dicha tragedia permanecería en el olvido y menos de la tierra de Arnulfo González”.

EL AUTÉNTICO CORRIDO DE ARNULFO GONZÁLEZ

Ya Julio se despidió,
Con treinta y un día cabales,
Gratos recuerdos dejó,
Al pueblo y los rurales.

Estribillo:
Vuelva, vuela palomita,
Avisa a los Minerales,
Principalmente a Rosita,
Que murió Arnulfo González,
Se llevó a una cabecita,
Al Jefe de los Rurales.

Toda la gente admiraba,
De Arnulfo su gran valor,
El caso pasó en la esquina,
Frente a Juan Montemayor.

Estaba Arnulfo sentado,
Y en eso pasa un rural,
Le dice oye qué me ves,
La vista es muy natural.

El rural muy enojado,
En la cara le pegó,
Con su pistola en la mano,
Con la muerte lo amagó.

Arnulfo se levantó,
Llamando la atención,
Oye amigo no te vayas,
Falta mi contestación.

Se agarraron a balazos,
Se agarraron frente a frente,
Arnulfo con su pistola,
Tres tiros le dio al teniente.

Arnulfo dio media vuelta,
Y en eso le habla el rural,
Oye amigo no te vayas,
Acábame de matar.

Arnulfo se devolvió,
A darle un tiro en la frente,
Pero en la vuelta que dio,
Un tiro le dio el teniente.

Arnulfo muy mal herido,
En un carro iba colando,
Cuando llegó al hospital,
Arnulfo iba agonizando.

El juez local se mostró,
Con valor mucha energía,
Y a sus órdenes mandó,
Al cabo y su policía.

Si el juez no hubiera ordenado,
Sus órdenes judiciales,
Quién sabe qué hubiera sido,
Entre el pueblo y los rurales.

Decían amigos de Arnulfo,
Con sus palabras cabales,
Hoy nos damos de balazos,
Por este Arnulfo González.

Qué bonitos son los hombres,
Que se matan pecho a pecho,
Cada uno con su pistola,
Defendiendo su derecho.

El teniente era hombrecito,
Las pruebas las había dado,
Pero se encontró un pollito,
Que ese no estaba jugado.

Nunca mostró que valiente,
Era este Arnulfo González,
Pero se llevó al teniente,
Al jefe de los rurales.

Muchachos hay que saber,
Y andar con mucho cuidado,
Que no vaya a suceder,
Un caso como el pasado.

Ya se le acabó la troca,
Al chofer que la traía,
El que iba a los Minerales,
Y volvía el mismo día.

En Allende hay buenos pollos.
Y el que no lo quiera creer,
Nomás no revuelvan el agua,
Porque así la han de beber.

Ya con esta me despido,
Pacíficos y rurales,
Y aquí se acaba el corrido,
Del teniente y de González.

Compositor: Narciso Zapata Torres
Cd. Allende, Coahuila.
31 de Julio de 1925