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‘No me voy a dejar vencer’

Por Adrián Galindo

Publicado el miércoles, 26 de julio del 2017 a las 09:00


Después de cumplir 15 años un extraño dolor invadió sus piernas, lo que creían era una fractura resultó ser un peculiar tumor.

Saltillo, Coahuila.- Un día después de su fiesta de 15 años, Tania Lucía Leija Carmona sintió un fuerte dolor en la rodilla, que le impidió levantarse de la cama. No se trataba de ninguna fractura en los huesos, como indicaron los primeros doctores que la vieron en Saltillo, sino de tumor maligno conocido como Sarcoma de Ewing.

Fue un domingo 14 de agosto, un día después de celebrar sus 15 años, que la vida de Tania Lucía y de sus padres, Ana Lucía Carmona Quintero y Juan Francisco Leija Martínez, dio un duro giro de 360 grados.

“Tania lloró de dolor toda la noche, mi esposo le echó pomada, le dio masaje pero no tuvo cambio, al contrario la pierna izquierda de mi hija se inflamó, así que optamos por llevarla con un traumatólogo, quien erróneamente diagnosticó una fractura de fascia”, comenta la madre de Tania.

A partir de esa fecha su salud continuó en detrimento, pues los doctores no daban un diagnóstico acertado.

Fue hasta enero del 2017, tras practicarle una resonancia magnética, que los doctores pudieron determinar que se trataba de un tumor maligno, sin embargo la solución que le dieron a sus padres, fue amputarle la pierna.

UN LARGO VIAJE

Antes de comenzar con los dolores Tania Lucía practicaba ballet, disciplina que tuvo que abandonar a la par de sus estudios, pues en ese entonces cursaba el primer semestre de la preparatoria.

Sus padres no podían permitir que los médicos terminaran con los sueños de su hija, así que buscaron una segunda opinión en el Hospital Siglo XXI del IMSS en la Ciudad de México, en donde comenzó a recibir un tratamiento para combatir el cáncer, y a la vez para salvar su extremidad en medida de lo posible.

“Los oncólogos me dicen que van a tratar de salvarle la pierna, si no pues le van a ofrecer una prótesis de hueso, y en caso de que no se pudiera, dependiendo de cómo haya avanzado, podrían salvar o amputar la pierna”, explica Lucía Carmona.

CON EL CORAZÓN EN ALTO

Pero ni todo el dolor cambia el semblante de Tania Lucía, quien como toda una guerrera lucha por salir adelante, asegurando que la clave para vencer la enfermedad es tener una buena actitud ante la vida.

“Hasta ahora me he sentido débil en los primeros tratamientos, y me siento muy mal cuando salgo, pero después me recupero con la comida y me siento bien, pero tengo que luchar, no me voy a dejar vencer”, sostiene Tania con la voz entrecortada.

“Yo no me voy a dejar vencer por una enfermedad, al contrario, para mí no es una enfermedad, yo lo tomo como un reto que voy terminando”, continúa.

Como toda adolescente, Tania Lucía tiene sueños y metas a lograr, pues una vez que termine su tratamiento quiere volver a la escuela, terminar la preparatoria y seguir en la universidad, pues desea convertirse en pediatra.

Con una enorme sonrisa en su cara, la joven agradece el esfuerzo que hacen sus padres por sacar a su familia adelante, pues de ellos también dependen sus hermanitas Camila y Romina de 2 y 7 años, respectivamente.

BUSCAN APOYO

Tania Lucía requiere una costosa intervención quirúrgica que puede llegar al precio de hasta un millón de pesos, según estimaron algunos especialistas.

Es por eso que su madre, quien labora en el Instituto Mexicano del Seguro Social, y su padre, quien posee una pequeña cerrajería particular, destinan un gran porcentaje de los recursos que generan para el bienestar de su hija.

Para la familia de Tania Lucía los gastos de los medicamentos y los constantes viajes que tiene que realizar a la Ciudad de México para ser atendida, representan un fuerte gasto que hasta el momento tienen que cubrir sin ayuda.

Es por eso que con el apoyo de su comunidad y la organización de eventos altruistas, la familia de Tania Lucia está saliendo adelante, aunque en este tipo de enfermedades los recursos nunca son suficientes.

“Recibimos apoyo del DIF, nos dieron un silla de ruedas, una andadera para que se bañe, y algo de despensa, pero lo que más ocupamos es dinero para pagar los traslados y el tratamiento; a nosotros no nos apoya ninguna otra institución”, confiesa la madre de Tania.

Por tal motivo, a través de este medio solicitaron el apoyo de los lectores Zócalo Saltillo, así como de instituciones públicas o privadas que deseen contribuir a la causa, y con ello devolverle a Tania Lucía la esperanza de volver a utilizar sus zapatillas de ballet.

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