Saltillo, Coah.- Sin importar el inminente riesgo de perderlo todo, incluso la vida, con sólo encender la luz de sus humildes viviendas, cientos de familias de los sectores más vulnerables de Saltillo se ven obligadas a “colgarse” del servicio de electrificación utilizando “diablitos”, con el fin de llevar una vida más decorosa.

Orillados por las carencias propias de la pobreza en la que sobreviven, habitantes de colonias como Héroe de Nacozari, Morelos Quinto Sector y La Gloria están conscientes de que en cualquier momento una mala conexión o un falso contacto podría acabar con las posesiones que durante años han reunido; no obstante, señalan que esta es la única opción real de contar con el servicio de electricidad.

Zócalo Saltillo realizó un recorrido por estos sectores para constatar el riesgo con el que miles de personas conviven a diario, al que cual han llegado a acostumbrarse sin importar que su vida esté, literalmente, en las manos de un “diablo”.

El paisaje en las tres colonias es parecido a los de principios de siglo, con los postes de madera y los cables como si fueran una telaraña.

La mala situación económica obliga a muchas familias en la ciudad a vivir bajo riesgo de muerte; Zócalo Saltillo realizó un recorrido por colonias marginadas de la ciudad y documentó que para poder tener energía eléctrica en sus tejabanes de cartón, plástico y madera, saltillenses tienen que recurrir a los “diablitos”: unas débiles e improvisadas conexiones eléctricas con las que tienen que convivir cientos de personas todos los días.

En las colonias Héroe de Nacozari, Morelos Quinto Sector y La Gloria, los cables cuelgan como tendederos desde los postes de luz, la mayoría de ellos está conectada directamente desde los cables de alta tensión, otros están ligados a las instalaciones eléctricas de vecinos que comparten su electricidad, pero hay quienes todos los días rozan sus cabezas con esos cables por la baja altura en la que se encuentran.

En la entrada de la colonia Morelos Quinto Sector son 31 los cables que se desprenden del poste principal con energía eléctrica, las instalaciones son caseras, hechas con cables que no son aptos para el voltaje y que además tienen otras añadiduras en el camino para surtir no a una sola, sino a varias casas. Los niños juegan bajo la telaraña eléctrica, y hacen volar los balones tan cerca de ella que podrían tumbarla.

En Héroe de Nacozari, los cables también se extienden desde la entrada de la calle principal para llevar luz a las dos brechas de tejabanes y casas que se internan en la colonia, ahí viven cientos de personas que como única opción para tener energía eléctrica tienen que llevarla mediante cables parchados y casi a nivel de piso por varios metros.

Entre las dos brechas de tejabanes hay caminos hechos por la gente, la mayoría de ellos escalones, sobre esos caminos están los “diablitos”: los vecinos pasan sorteándolos, se les hacen tan normal que los rozan sin ninguna preocupación, sin saber que podrían electrocutarse.

“A veces sí me agacho, pero luego se me olvida y les doy un golpe, pero no se caen”, dice la señora Mariana, que vive con sus hijos y nietos en Héroe de Nacozari y pasa todos los días por entre los “diablos”.

La Gloria está electrificada, los habitantes han levantado postes de madera para levantar sus conexiones caseras, no dejan que estén en el suelo, pero los postes están a merced de las condiciones climáticas, “sabemos que en cualquier momento se puede caer, lo mejor sería que fueran de cemento, pero la autoridad no nos quiere electrificar así”, dice Gerónimo Romo, quien instaló la electricidad de su casa de manera ilegal.