Ramos Arizpe.- El hecho de sorprender a un ladrón dentro de su auto cambió la vida de Juan Hipólito Vásquez Pérez, pues no conforme con el hecho de que el presunto delincuente está libre, una lesión que le causó el sujeto tras darse a la fuga puede ocasionarle la pérdida del pie ya que padece de diabetes.

Divorciado y padre de dos hijos, Juan relata que fue el sábado 4 de mayo cuando comenzó su odisea. Cerca de las 23:30 horas escuchó ruido a las afueras de su casa en la colonia Blanca Estela. Al salir a investigar, encontró a un individuo que intentaba robarle herramientas del interior de su vehículo.

“Me salgo a agarrar a la persona, se zafa y yo le grito a un hermano para que me ayude, cuando lo agarro ya fue en la esquina, yo pido auxilio. En eso, el joven agarra algo, un pico de una botella y me quiere dar, pero logro someterlo en el suelo; había vecinos ahí, pero nadie me ayudó”.

Para su mala fortuna, quienes sí escucharon el llamado fueron los amigos de “El Kanquiro”, como le apodan al sujeto de tan sólo 18 años. Inmediatamente fueron en su ayuda y comenzaron a lanzarle botellas de caguama y piedras a Juan, golpeándolo en el rostro y en varias partes del cuerpo.

Los hechos

“Cuando llega la Policía nada más me toman mis datos, les enseño que el muchacho dejó sus pertenencias ahí, pero no levantaron una denuncia o un parte, el policía me dice, ‘te grabo la declaración’”, dice el hombre de oficio mecánico.

“Cuando vengo al Ministerio Público les comento lo sucedido y me dicen que no procede; la verdad yo no sé qué tengo que hacer o hasta dónde tiene que llegar esto para que me hagan caso”.

Ahora, la preocupación de Juan radica en que la herida que le causaron en la pierna no ha sanado desde ese día a causa de la diabetes; tras consultar con el médico, se enteró que pudiera llegar a perder la pierna en caso de haber complicaciones o una infección.

“Temo también por la vida de mis hijos, yo estoy solo, la verdad estoy molesto porque si hubieran actuado bien desde un principio ese señor ya no estaría en la calle, ahora no trabajo a gusto por temor a que me hagan algo a mí también”.