Arte
Por Christian García
Publicado el domingo, 9 de abril del 2017 a las 09:03
Saltillo, Coahuila.- Hay quien opina que el motivo de la vida es buscar lo que te hace feliz, y este es el tema que la fotógrafa Sofía Guerra plasma en las obras que conforman Vacíos, la exposición que presentó la noche del jueves en la Galería Albricci.
“La obra se llama Vacíos y es una serie muy personal, pues a lo largo de varios meses me han sucedido eventos en los que aprendía a madurar forzosamente y en los que menos me imaginé estaba vacía por dentro. Pero en vez de ver esa oscuridad, yo decidí buscar las cosas que me hacen sonreír”, dijo Guerra en entrevista con Zócalo.
Las ocho fotografías forman un recorrido casi metafórico a través de los sentimientos y momentos que Guerra retrató a lo largo de los ocho meses en los que trabajó para esta exposición. Todas las obras son en blanco y negro, a excepción de la última.
Las primeras dos fotografías muestran a un niño sonriendo, el público sabe que es su hermano, pues cada fotografía está acompañada de una carta escrita por la autora en donde expone lo que significa el retrato.
“Para transmitir las emociones plenamente me apoyo en los escritos, para eso trato de combinar el ensayo fotográfico con la imagen. Creo que generar una emoción a través de una fotografía en el espectador es parte de la sensibilidad del arte”, comentó la fotógrafa. La siguiente pieza es la imagen de una iglesia que vista desde un punto inferior hace sentir la magnitud de la roca y de sus paredes. La tercera fotografía muestra a un perro y un gato recostados en una cama; obra que recuerda la fidelidad de los perros y las mascotas.
Una chica que sonríe mientras su cabello se mueve con el viento es la escena que muestra la siguiente obra. Es un momento de felicidad, de disfrutar la vida, según la carta que está a su lado.
La intimidad que la autora dio se refuerza con las cuatro fotografías de la sala siguiente: la primera muestra el hombro y el perfil de un chico sonriendo, en donde la amistad llega para quedarse. La misma chica del columpio de la fotografía anterior regresa para recordar al amor.
La imagen que termina el recorrido es casi una epifanía: terminan los tonos grises que llenaron las retinas del público, que ahora ve frente a sí una reja que protege las borrosas luces de una ciudad que invita a la libertad.
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