Acuña,Coah.- Una tableta electrónica es el regalo que más atesora el pequeño Luis Alejandro González Nieves, toda vez que éste fue el último regalo que le hizo su abuelo Erón Nieves Navarro, quien fue una de las 14 víctimas del tornado que azotó el municipio de Acuña el 25 de mayo del 2015.

Luis Alejandro, de tan sólo 8 años, manifestó que la tableta fue una promesa que su abuelo le cumplió antes de morir, recompensando el esfuerzo realizado durante semanas e incluso meses para aprenderse las tablas de multiplicar y poder así aprender a sumar, restar y dividir.

“Mi abuelo me dijo que si me aprendía las tablas me regalaría la tablet que vimos un día en los aparadores de una tienda en el centro, éste es mi regalo favorito y la cuido mucho, porque me hace sentir su apoyo”, expresó.

Acompañado por su hermano Alfredo acudieron a depositar una ofrenda floral a la placa que se ubica en la Plaza Memorial con el nombre de su abuelo Erón Nieves Navarro, quien era uno de los choferes de la industria maquiladora que perdieron la vida durante el tornado.

Ahí ambos hermanos se comprometieron a respetar y cumplir con la promesa que un día le hicieron de ser unos buenos estudiantes y terminar una carrera profesional, conscientes de que sólo el estudio les permitirá gozar de una mejor calidad de vida.

Aunque extrañan los abrazos y las palabras de aliento de su abuelo, se sienten contentos de saber que él se encuentra en un lugar mejor gozando de la presencia de Dios, sin poder contener el llanto los pequeños declararon que lo extrañan cada día más, que nunca podrán olvidarlo ya que fue un buen padre, hijo y abuelo.

LOS CONTRERAS
“El tornado acabó con mi familia, primero se llevó a mi hermano, a mi sobrino y a su nieto, al año acabó con la vida de mi cuñada, quien no pudo resistir el dolor de ver partir a sus seres queridos, no tuvo valor para enfrentar el
cáncer, lo único que deseaba era reunirse con ellos”.

Así lo manifestó Juana Contreras Márquez, quien aquella fatídica mañana perdió a su hermano Abel Contreras Márquez, a su sobrino Abel Contreras Hernández y a Oswaldo Govea Contreras, que fue la víctima más pequeña de aquella lamentable tragedia.

Con tristeza recordó los hechos acontecidos el 25 de mayo del 2015; “estaba en mi casa cuando recibí la llamada de mis hermanos que viven en los Estados Unidos para avisarme que mi hermano y mi sobrino fueron localizados sin vida al ser arrastrados por el tornado, no daba crédito a lo que escuchaba pues jamás imagine que esto estuviera pasando en Acuña, no comprendía lo que pasaba hasta que lo escuche en los medios de comunicación, fue entonces que me traslade al lugar de los hechos sólo para atestiguar la magnitud de la tragedia”.

“En ese momento sólo recuerdo ver a mi cuñada María de Lourdes Hernández Perales desecha, con la ropa ensangrentada, llena de lodo y llorando sobre los cuerpos de mi hermano y sobrino que estaban ya cubiertos con sábanas blancas, aún no sabíamos cuál había sido el destino del pequeño Oswaldito, que tenía meses de nacido”.

“Los que vivimos esta amarga experiencia jamás podremos olvidar las desgarradoras imágenes, los momentos de angustia, terror y desolación que vivimos en aquellas fatídicas horas, ¿cómo sepultar el dolor que llevamos tatuado en el corazón?, ¿cómo olvidar que en cuestión de segundos perdimos a nuestros seres queridos?”.

Para los sobrevivientes de aquella tragedia las imágenes y la experiencia vivida durante el tornado supera la ficción que se observa en las películas, “vivirlo en carne propia fue la experiencia más aterradora que un ser humano puede experimentar”, concluyó Juana Contreras.