Internacional
Por AFP
Publicado el jueves, 17 de agosto del 2017 a las 08:01
Nueva York, EU.- Después de casi 200 días de caótica Presidencia, Donald Trump se encontró ayer más aislado que nunca tras sus increíbles comentarios en defensa de los supremacistas blancos.
El Mandatario cambió completamente las normas del discurso político estadunidense el martes, al declarar que hubo “gente muy buena” entre los miembros de la extrema derecha y los antifascitas que se enfrentaron el fin de semana en la ciudad de Charlottesville, Virginia.
Sus palabras, pronunciadas en un tono acusador desde su torre en Nueva York, fueron elogiadas por un exlíder del Ku Klux Klan (KKK). Pero muchos legisladores se quedaron mudos.
Trump dio la muy clara impresión de que expresó lo mismo que dijo al día siguiente de los incidentes en los que murió una mujer, cuando leyó en la Casa Blanca una declaración condenando la “violencia racista”, sin criticar directamente a los supremacistas blancos, los neonazis y los miembros del KKK.
Casi inmediatamente, altos ejecutivos comenzaron a abandonar los foros empresariales que asesoran a la Casa Blanca.
Trump trató de salvar las apariencias ayer mediante la disolución de dos de estos organismos, pero los líderes de la industria estadunidense ya se habían desmarcado de su posición.
Jamie Dimon, director ejecutivo de JPMorgan Chase, dijo que los miembros del ahora disuelto Foro de Estrategia y Política habían “acordado desvincularse”.
El coro de críticas de la izquierda política fue tan fuerte como era predecible, pero pocos en el campo republicano estuvieron dispuestos a defender públicamente al Mandatario.
Los expresidentes republicanos George Bush y su hijo George W. Bush divulgaron un comunicado conjunto, en el que llamaron a “rechazar el racismo, el antisemitismo y el odio bajo todas sus formas”.
Sin precedente
Los comentarios de Trump también alteraron a integrantes de Seguridad Nacional. Los responsables de las Fuerzas Armdas tomaron la decisión sin precedentes de emitir comunicados defendiendo la inclusión y la unidad racial.
El fiscal general, Jeff Sessions, declaró de su lado: “No podemos, de ninguna manera, aceptar o disculparnos por el racismo, el fanatismo, el odio, la violencia y ese tipo de cosas que con demasiada frecuencia surgen en nuestro país”.
El secretario de Estado, Rex Tillerson, también declaró, al reunirse con su homólogo canadiense, su “condena a ese tipo de odio y violencia. “Simplemente no hay lugar para eso en nuestro discurso público”, aseguró.
Aprobación neonazi
Grupos de supremacistas blancos y neonazis recibieron el miércoles con entusiasmo las declaraciones de Trump sobre los hechos de violencia registrados el sábado en Charlottesville, viendo en ellas un respaldo para sus posiciones.
“Este hombre está haciendo absolutamente todo lo que está a su alcance para apoyarnos y nosotros necesitamos su apoyo”, escribió Andrew Anglin en DailyStormer, un sitio web neonazi y antisemita en el que confluyen los grupos de extrema derecha.
Retiran monumentos
Un grupo de operarios retiró durante la madrugada de ayer los monumentos en memoria de héroes del bando confederado de la guerra civil, en Baltimore.
Tras revelarse que el Ayuntamiento había decidido retirarlos, algunos activistas de izquierda prometieron derribarlos antes de que las autoridades pudieran actuar, lo que provocó que se programara una discreta acción oficial que se concretó entre la oscuridad de la madrugada.
Funcionarios trasladaron a un lugar sin determinar un monumento ecuestre doble dedicado a los generales Robert E. Lee y Thomas J. Stonewall Jackson, y erigido en 1948; la estatua levantada a los soldados y marinos confederados, que data de 1903; el monumento al juez del Tribunal Supremo Roger Brooke Taney, de 1887, y, finalmente, el que recuerda a las mujeres confederadas, en pie desde 1917. (Agencias)
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