Allende, Coah.- Probablemente el nombre de Doroteo Arango Arámbula no despierte en las nuevas generaciones un interés, pero si mencionamos que se trata del mismísimo Pancho Villa, seguramente ya conocen algunas historias leídas de sus combates como guerrillero y escuchado hasta corridos en torno a su leyenda.

Don Rafael Roger Urista de Hoyos, de 76 años, de los cuales ha dedicado 60 a leer sobre la Revolución Mexicana, ha recopilado también datos de la vida y obra del Centauro del Norte “hasta convertirme en un amante de la historia, pero especialmente de la Revolución Mexicana y de Francisco Villa”.

Se autodefine como “un historiador lírico, porque me gusta”. De hecho su pasión por la lectura y estos pasajes de la revolución, aunado a ello a su privilegiada memoria, lo han convertido un excelente narrador de distintos sucesos históricos de nuestro país.

Por ese motivo es ocasionalmente invitado a abordar ciertos temas históricos sobre las distintas fechas conmemorativas como la Independencia de México, la Revolución Mexicana, la Batalla de Puebla, por mencionar varios de los eventos cívicos y patrióticos.

En una conferencia o en un foro, cuando es invitado, comparte y expresa sus opiniones sobre algunos episodios históricos.

Y en el abrevar las distintas fuentes del conocimiento de la historia de México, desde su Independencia hasta la Revolución Mexicana, se desprenden una serie de versiones, pero el tema que más ha levantado polémica, controversia y argumentos encontrados lo ha sido el legendario y combativo General de División del Norte, Pancho Villa.

“Hay muchas anécdotas y hasta de narraciones que no se saben si ocurrieron a ciencia cierta en torno a este personaje”, comentó.

Sin embargo, don Rafael Roger documenta sus conocimientos con una variedad de libros editados en la década de los 60s, de diferentes autores, unos a favor del caudillo y otros en contra al calificarlo de bandido y asesino, los cuales ha leído y analizado hasta formarse un criterio y una versión objetiva más apegada a los hechos.

“En esto de Francisco Villa de repente leo algunas cosas nuevas, pero es resultado de ciertas modificaciones a lo escrito originalmente, hasta caer en versiones totalmente distorsionadas”.

De tal manera que ha sabido detectar estas deformaciones de la historia de la Revolución Mexicana y de Francisco Villa, dejó entrever.

La entrevista se desarrolló en el cuarto de estudio y biblioteca de don Rafael Urista, adornada con fotografías de Francisco Villa, además de una gran cantidad de libros, revistas y periódicos resguardados a manera de colección y cuidadosamente seleccionados por lo valioso de su contenido histórico.

La pregunta al historiador Urista de Hoyos fue directa:

-Cuáles fueron las intervenciones de Francisco Villa y su tropa en Coahuila?.

“Cuando era General de la División del Norte, encabezó la toma de Torreón, durante los combates contra el ejército de Porfirio Díaz; incursionó en la batalla de Paredón y enseguida tomó Saltillo en abril de 1914, por órdenes Carranza.

Después sobrevino la ruptura con Carranza, se registraron luchas intestinales entre carrancistas y villistas por el poder, y acompañado del general Felipe Ángeles, considerado uno de los mejores revolucionarios, arribó a Múzquiz, pero nada más para hacer un descanso y a visitar a una de sus “queridas”.

Villa, además de táctico era estratega para eludir a sus combatientes enemigos, porque mientras lo buscaban en Chihuahua de repente recorría distancias de hasta 800 kilómetros, como lo hizo al acampar en Múzquiz y en Sabinas.

Así andaba Pancho Villa de correría en correría con toda su tropa. Un día era visto en una parte, y amanecía en otro territorio extremo.

Años después, tras la muerte de Carranza y antes de que asumiera el gobierno Álvaro Obregón, se nombró como presidente interino, a Adolfo de la Huerta, de Sonora, considerado un émulo de Francisco I. Madero, una persona buena, democrática y quien se dedicó a pacificar el país, lo que no hicieron Carranza y Obregón, porque siempre buscaron el poder a sangre, fuego y traiciones.

En nueve meses de su Mandato, el presidente De La Huerta buscó a todos los revolucionarios rebeldes y los invitó a la ciudad de México.

Entre ellos localizó a Francisco Villa por el Río Conchos, en Chihuahua.

Villa para poder contactarse con el presidente interino atravesó los desiertos de Coahuila, para encontrar un lugar tranquilo y eligió a Sabinas para esta conferencia con el presidente interino.

El pueblo de Sabinas no tenía mucho significado desde el punto de vista militar. Era un poblado apacible y ahí decidió crear la comunicación entre el presidente Adolfo de la Huerta para escuchar su propuesta de paz.

“Ahí se pactó la unificación, o rendición de Francisco Villa, porque el propio Villa dijo que su principal enemigo era Venustiano Carranza, pero este ya había muerto, y prefería entonces dejar de combatir para retirarse y dedicarse a su vida privada”.

-Entonces Sabinas fue el escenario donde Pancho Villa depuso las armas y llegó aún acuerdo de paz?

“El 20 de julio de 1920, en la oficina de telégrafos, se desarrolló la conferencia telegráfica entre ambos; posteriormente Adolfo de la Huerta envió al general Eugenio Martínez, para deliberar bajo la sombra de un árbol ahí mismo en Sabinas.

“Están las fotografías que dan cuenta de ello, se elaboró una acta y el acuerdo para negociar la paz”.

Continuará….

A saber…

• Fue fugitivo y cuatrero, pero no asesino; tenía principios cristianos.

• Se hizo revolucionario por apoyar la causa y la justicia a favor de su pueblo.

• Tres días antes de que Madero convocara a la Revolución Mexicana, Pancho Villa ya estaba peleando contra el Ejército porfirista.

• Encabezó las tomas de Torreón y Saltillo, tras vencer en la Batalla de Paredón.

• Realizó visita “furtiva” a Múzquiz, para ver a una novia con el general Felipe Ángeles.

• El historiador don Rafael Roger Urista de Hoyos, narra la vida de Doroteo Arango Arámbula.