Ciudad de México.- El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), José Antonio Meade Kuribreña, dijo que las reformas implementadas en México han permitido un anclaje en el crecimiento de la economía, así como la generación de empleo.

Durante su participación en la Reunión Anual con el Cuerpo Diplomático acreditado en México, en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), destacó la reforma energética, la cual ha permitido una inversión comprometida por 80 mil millones de dólares y 20 mil más en las siguientes Rondas.

En cuanto a la reforma laboral, el encargado de las finanzas públicas del país explicó que permitió la creación de 3.3 millones de empleos formales, con seguridad social y prestaciones, de los cuales la mayor parte fueron para mujeres y en sectores altamente productivos.

Además de la reforma fiscal, para enfrentar un entorno donde el precio del petróleo cayó 80 por ciento, y que trajo además una digitalización que permitió al Servicio de Administración Tributaria (SAT) tener la información de cuatro mil 700 millones de facturas tan sólo en 2017, para brindar un mejor servicio al contribuyente y una mejor fiscalización.

En ese sentido, refirió que la reforma y la digitalización implicó un crecimiento de aproximadamente 63 por ciento en el número de contribuyentes del 2012 a la fecha, lo que se traduce en más mexicanos que contribuyen al financiamiento del gasto público.

“Es impresionante el esfuerzo político para pasar las reformas de México y hacerlo el reformador número uno de la OCDE en los últimos años. El paquete de reformas es por mucho el proyecto más ambicioso en su tipo en la región actualmente”.

Por otra parte, Meade Kuribreña señaló que en medio de ese contexto llama la atención la gran incertidumbre y la gran volatilidad, en donde la economía mexicana presenta un crecimiento que suma ya 31 trimestres positivos de manera consecutiva.

Refirió que el crecimiento ha sido balanceado, con avances en el sector exportador y el mercado doméstico; con 3.3 millones de empleos generados en esta administración, en un contexto de finanzas públicas sanas.

En ese sentido, dijo que México tendrá por vez primera un superávit primario este año y el que entra, y se habrá de ubicar a la deuda en una perspectiva decreciente, en términos de su porcentaje del PIB.

Así como expectativas de inflación bien ancladas, con un retorno a los rangos del Banco de México a partir del año que entra “y todo esto porque tenemos reformas estructurales que nos han dado nuevos espacios de inversión y de desarrollo”.

Por lo que se espera que el año que entra la economía mexicana pueda crecer entre 2.0 y 3.0 por ciento.

Entre los riesgos está la incertidumbre sobre la renegociación del Tratado de Libre Comercio, que en cinco rondas de diálogo se aprecian tensiones y dificultades, pero también avances concretos que vale la pena preservar.

El proceso electoral del 2018, dijo, también “mete ruido” e implica en muchos casos que se difieran algunas decisiones de inversión, aunado a la velocidad de la normalización de la política monetaria en las economías avanzadas.

Sin embargo, comentó, se registra un mayor crecimiento en prácticamente todos los polos del mundo, como Europa, los países emergentes y asiáticos, en donde un menor entorno inflacionario le va a dar confianza a los consumidores y va a permitir un buen dinamismo en materia de consumo el año que entra.

Los esfuerzos de reconstrucción también van a detonar un proceso de inversión en zonas que lo requerían, además de que se va a estabilizar la plataforma petrolera y eso ayudará también a anclar la expectativa de crecimiento.

Así, para el cierre de la administración se puede esperar responsabilidad y coherencia en la política macroeconómica; además de un impulso a la inversión y empleo con las reformas estructurales, en un marco de transparencia, apuntó.