Ramos Arizpe, Coah.- Las bajas temperaturas se han recrudecido durante los últimos tres días, provocando el aumento de enfermedades respiratorias en la capital coahuilense así como en los municipios de la zona metropolitana: Ramos Arizpe y Arteaga, que se encuentran indefensos ante una contingencia de influenza.

La clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social en Ramos Arizpe tuvo ayer presencia de derechohabientes con síntomas de gripa, tos y dolor de cuerpo, gente que hizo hasta dos horas y media de espera para ser atendidos porque durante los fines de semana “solamente hay un doctor de guardia en el consultorio”, aseguró el personal de seguridad de la clínica, únicos trabajadores visibles en el lugar.

Aunado a esto, se suma la carencia de medicamento para tratar los síntomas de la influenza, el Tamiflu es difícil de encontrar y de así hacerlo, representa un fuerte golpe al bolsillo de los pacientes.

Zócalo Saltillo registró en la sala de espera una docena de enfermos de las vías respiratorias, la mayoría de ellos familias formadas por uno de los padres y los hijos, entre los enfermos hay niños y mujeres, grupos vulnerables ante la enfermedad.

“Tenemos dos horas esperando al doctor, no aguanto el dolor de cuerpo y mis niñas ya están enfermas también”, comentó Liliana Garza, quien llevaba en brazos a su hija de menos de un año y otra de 5.

La falta de atención oportuna en la Clínica 33 de Ramos Arizpe, provoca que la sala de urgencias se convierta en un foco de infección, porque ahí conviven pacientes con enfermedades respiratorias y otros que solamente son familiares de pacientes internados, “vamos a terminar enfermos todos aquí porque no hay médicos para atender a los que traen gripa, y nosotros no nos podemos salir al frío a esperar al paciente”.

El medicamento en las clínicas públicas también representa un problema; por fuera las puertas que dirigen a la farmacia de la clínica se mantuvieron cerradas desde la mañana de ayer, “no sabemos si hay medicamento, si nos lo va a dar el doctor o si vamos a tener que ir a comprarlo”.

Ante una situación extraordinaria de contingencia por influenza o un repunte de casos de gripa y tos, la falta de personal le quita efectividad a la clínica, “si alguien se viene muy enfermo aquí podemos estar muertos”, no hay recepcionista y el doctor, como lo exigen sus responsabilidades, atiende a puerta cerrada.