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Por Yadira Leos
Publicado el lunes, 24 de abril del 2017 a las 09:02
Saltillo, Coahuila.- El Cristo de las Galeras, un espacio que fue construido para la recreación y el turismo, ahora es territorio de Pyolyn y así lo deja ver en sus grafitis de las paredes y suelo de este espacio que es poco visitado ya que los fétidos olores hacen correr a cualquiera.
A pesar de que la calle que lleva hasta el lugar se encuentra en buenas condiciones, las instalaciones lucen deterioradas, pintadas y con heces fecales por doquier; el Cristo de las Galeras suplica atención.
La figura religiosa que parece abrazar a las colonias del sector como Guayulera, La Minita, Mirador y Puerto de la Virgen tiene la túnica, que en alguna ocasión fue blanca, ahora se aprecia percudida y tres de las lámparas que la iluminan ya fueron quebradas, según los vecinos, por las pandillas del lugar que suben hasta el cerro para hacer desmanes.
No van turistas
En cuanto a los sanitarios, dijeron los habitantes del sector, estaban adecuados pero fueron los pandilleros quienes se llevaron los enchufes, inodoros y lavabos. Actualmente estos son sólo cuartos que sirven para hacer las necesidades de los pandilleros que suben a drogarse.
En la parte alta, a un costado del mirador principal, adecuaron un espacio para el estacionamiento, sin embargo, este espacio no es ocupado ya que no suben turistas, ni siquiera los mismos habitantes, por el temor de encontrar a los pandilleros drogados.
Indicaron que el objetivo de este mirador fue olvidado, tras la muerte del padre Toño Elizondo, quien impulso la obra en 2004; los vecinos exhortan a las autoridades a sacar adelante el proyecto como homenaje a su sacerdote.
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