Saltillo, Coahuila.- Pese a que el Reglamento de Alcoholes obliga al Municipio a imponer sanciones contra el bar El Confesionario, La Catedral del Rock, por el altercado que inició en el establecimiento y que culminó con una golpiza que propinó un guardia de seguridad a un parroquiano; el alcalde Isidro López Villarreal aseguró que el Ayuntamiento no tiene nada que hacer allí.

“Como Municipio no tenemos responsabilidad. No podemos asumir que sea un trabajador de allí. Es un pleito entre dos civiles, uno está muy corpulento y el otro nada tiene qué hacer. Es peso mosca contra un peso pesado”, respondió con una sonrisa en la cara.

Sin embargo, pese a que el alcalde dice que no hay nada que hacer; el Reglamento para los Establecimientos que Expenden o Sirven Bebidas Alcohólicas, en sus artículos 84 y 85, prevé sanciones de 95 a 200 unidades de cuenta y clausura por hasta 30 días.

Las sanciones contra el bar serían por la alteración del orden, la comisión de ilícitos o de faltas administrativas cometidas en su establecimiento; y poner en peligro el orden público, la salud y la seguridad de la personas.

“Por allí nos llegó de una manera u otra el video. A lo mejor se podría hacer algo. Los datos deben estar allí registrados porque tiene licencia de Alcoholes, de usos de suelo de operación”, dijo el alcalde, aunque sostuvo que el Municipio difícilmente podría hacer algo.

Se le cuestionó sobre lo que dice el Reglamento de Alcoholes al respecto, a lo que contestó: “Definitivamente habrá que revisar la ley y norma, porque están fuera del bar, se ve como una pelea callejera. Tenemos que ir a preguntar qué pasó”.

TRAS GOLPIZA ES AMENAZADO

El joven Oliverio Velázquez presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado, según informaron familiares y amigos de él por medio de redes sociales.

A pesar de las amenazas que recibió por parte de su agresor, el afectado decidió interponer la denuncia contra quien resulte responsable, pues luego de los golpes que recibió, tuvo que ser atendido en el hospital, donde permaneció varios días.

De acuerdo con algunos testigos, el ataque habría comenzado luego de que el cadenero intentara robar el celular de Oliverio, y tras resistirse, lo agredió.

Fueron poco más de 40 minutos los que el joven metalero permaneció tendido en el suelo, sin que las autoridades municipales o cuerpos de emergencia lo atendieran, pues según la fuente, se les notificó casi al mismo tiempo en que ocurrían los hechos.

Según otra versión, el joven agredido habría opuesto resistencia a una “revisión” por parte del guardia de seguridad, quien comenzó a golpearlo.

Más tarde sería trasladado con un fuerte dolor de cabeza a la Clínica 89 del IMSS, donde fue atendido.