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Por Jesús Castro
Publicado el miércoles, 29 de marzo del 2017 a las 10:00
Saltillo, Coahuila.- El cura acusado de abusar sexualmente de seminaristas en Piedras Negras estudió en el Seminario Diocesano de Saltillo y se ordenó sacerdote en la capital del estado. Algunos excompañeros aún no pueden creer que sea culpable, otros sospechaban posible homosexualidad.
El sacerdote Juan Manuel Rojas, mejor conocido como “Meño” no tiene sus orígenes en la Diócesis fronteriza, donde un seminarista lo denunció ante la PGJE por abuso sexual y otro sólo hizo denuncia pública, cuando ambos eran menores de edad y el cura era rector del Seminario de Piedras Negras.
De acuerdo a informes recabados por Zócalo, el padre “Meño” realizó todos sus estudios eclesiásticos en el Seminario de Saltillo, en los años 90, y fue ordenado sacerdote antes del año 2000 a manos del obispo -ahora emérito- Francisco Villalobos Padilla.
El padre Juan Manuel ejerció su ministerio en parroquias de Saltillo y cuando el obispo Raúl Vera sucedió en el cargo a monseñor Villalobos, “Meño” fue enviado a templos del norte de Coahuila, en la época en que se determinó fragmentar el territorio y crear la Diócesis de Piedras Negras, con Alonso Garza como primer obispo.
Al suceder esto, “Meño” se quedó dependiendo de la nueva Diócesis y dejó de pertenecer a Saltillo. Su nuevo obispo, monseñor Alonso, lo encomendó en varias parroquias, hasta llegar a ser nombrado rector del Seminario, uno de los puestos más importantes de la curia eclesial.
RESPETUOSO Y TRABAJADOR
Algunos exseminaristas que coincidieron con él en el Seminario de Saltillo comentan que todavía no alcanzan a creer lo que dicen los medios de comunicación, pues dicen del padre “Meño” que fue un seminarista muy piadoso, respetuoso y trabajador.
“Es muy lamentable lo que se dice de él. Lo conocimos y no podemos creer que haya hecho eso, por eso le pedimos que se entregue a las autoridades, que enfrente la justicia”, declaró un exalumno del Seminario de Saltillo que lo conoció.
Otro excompañero manifestó que notaban en él ciertos rasgos que denotaban amaneramiento, “‘Meño’ era muy jovial, muy alegre y trabajador. Tenía como que ciertos rasgos amanerados, se rumoraba si era o no homosexual, pero eran apreciaciones de cuando estábamos en el Seminario”.
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