Saltillo, Coah.- Son ya siete años, y la familia de Jorge Antonio Mercado Alonso aún espera que la justicia llegue. En octubre del año pasado, sus padres, Joel Medina y Rosa Elvia Mercado, lograron que el caso se consignara por fin ante un juez.

Luego de una batalla jurídica que se prolongó por seis años y medio, por fin el caso de los dos estudiantes asesinados en el Tecnológico de Monterrey, Jorge Antonio Mercado y Javier Francisco Arredondo Verdugo, pasó a manos de un juez.

Tres militares están en la cárcel, uno está desaparecido y dos más fueron dados de baja del Ejército, en espera de que se les gire una orden de aprehensión.

Pero eso no representa justicia para Joel y Rosa Elvia, el matrimonio apegado a la religión, donde encuentran un poco de consuelo.

ATRAPADOS EN FUEGO CRUZADO

Para ellos, la verdadera justicia es reivindicar a Jorge Antonio, cuyo retrato permanece desde hace siete años en la mesa de centro de la sala de su casa, y su amigo Javier Francisco, quienes murieron en un tiroteo que se desarrolló en el campus del Tecnológico de Monterrey el 19 de marzo de 2010.

“Nosotros siempre hemos exigido que el Ejército diga que Jorge Antonio y su amigo eran inocentes, porque desde un principio se manchó su nombre… él era un joven ejemplar, y no es justo que hayan dicho lo que dijeron”.

Ese día, Jorge y su amigo Javier Francisco regresaban de estudiar, cuando quedaron atrapados en una balacera.

De acuerdo con testimonios periodísticos, los jóvenes quedaron atrapados entre el fuego de militares y delincuentes. Investigaciones posteriores han arrojado que los dos estudiantes, con beca de excelencia, fueron abatidos por los soldados, quienes al darse cuenta del error, les sembraron armas y trataron de inculparlos.

AVERIGUACIÓN LISTA… PERO

Para el matrimonio de Rosa Elvia y Joel, perder a su único hijo fue una tragedia cuyo dolor se acrecentó por unas autoridades burocráticas, que a pesar de tener en sus manos un caso que resultó mediático a nivel no sólo nacional, sino internacional, se obstinan en hacerlo lento.

“A nosotros nos consta que el Ministerio Público integró la averiguación, y que estaba lista para consignarla ante un juez. Pero su jefe, y el jefe de su jefe, y el jefe de ellos no le daban celeridad, seguramente por razones políticas”.